Solo por el despliegue informativo que hacen sus socios y amplificadores, la SIP es noticia de primera plana. Si fuese la reunión de las asociaciones de reporteros, fotógrafos o diseñadores despedidos de todos los medios de esos empresarios de la SIP no tendría ni un centímetro en ninguna página de ningún periódico asociado.
Y como se nutre de los informes de una ONG pagada por organismos públicos de EE.UU. (con aportes privados), de bancos ecuatorianos y entidades muy ligadas a la oposición política, con más razón se entiende por qué tiene tanta importancia la cita de la SIP. Pero se olvidan de algo: no es la representación siquiera de la sociedad civil, no tiene legitimidad política alguna para hablar de democracia cuando solo le interesan sus negocios y tampoco tiene carta de la ONU o la OEA para hablar por los ciudadanos.
No tiene por qué hacer recomendaciones legales y/o políticas a partir de sus particulares intereses. Y por lo mismo: hagan nomás sus encuentros, pero no olviden que la legitimidad la otorgan nuestras leyes y el ejercicio pleno de nuestra democracia. (O)