La Procuraduría General de México vino a Ecuador para informar sobre lo ocurrido con una de las víctimas de uno de los crímenes más atroces que se cometen por la ambición de unos cuantos mafiosos. Pero al mismo tiempo el informe revela un drama (en el más intenso sentido de la palabra) por el que atraviesan miles de familias en América Latina.
En el caso concreto de Ecuador, la niña Noemí Álvarez sufrió una cadena de atropellos y violaciones al punto de llevarle, según los informes oficiales, al suicidio, como única vía para salir de ese pandemónium que es la migración ilegal, con toda la cadena de barbaridades que ocurre en ese fenómeno mundial.
Con apenas 12 años, Noemí vivió casi un año un dolor intenso, solo por el afán de reencontrarse con sus padres en EE.UU. Entonces, ¿no es hora ya de que el mundo entero asuma este problema como una prioridad y urgencia humanitaria? ¿Hasta cuándo estas mafias seguirán enriqueciéndose a costa de la muerte y del dolor humano?