Pocas veces se discute, y cuando se lo hace, la reacción es siempre desde esos sectores económicos afectados. El tema de la plusvalía parecería ser parte del paisaje: ¿nadie lo mueve ni nadie lo toca porque ahí debe estar por siempre? Parecería que sí, pero sobre todo por quienes han hecho grandes fortunas con información privilegiada, anticipada y bien suministrada por aquellas autoridades que deciden qué obras, proyectos o planes poner en marcha. Este diario ha informado, por ejemplo, cómo el proyecto de un aeropuerto o un plan de ‘desarrollo’ urbano solo favoreció a los negocios inmobiliarios que compraron terrenos baratos en un determinado tiempo y ahora gozan del incremento de la plusvalía por las obras o proyectos estatales (de Gobierno y municipales). Si ahora el Ejecutivo envía un proyecto de ley para frenar este enriquecimiento indebido e incremento del patrimonio por cuenta de unos cuantos ‘sabidos’, evidentemente habrá oposición y bastará con identificar quiénes salen al ruedo para entender qué fortunas están detrás para oponerse con falsos postulados. (O)
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