A propósito de la salida a la escena mediática del general Luis Ernesto González, tras publicar su libro y ser atendido con excesiva generosidad por cierta prensa, bien valdría señalar dos aspectos del tema. El primero: en sus declaraciones y en el mismo libro del militar en servicio pasivo subyace un reconocimiento al cambio positivo que viven las FF.AA.
El segundo: hay militares retirados, aquellos de la vieja guardia, que todavía creen que la Fuerza Pública es un actor político determinante, como si quisiesen retomar aquel rol otorgado por quién sabe quién: árbitro de la democracia.
Por tanto, esos actores políticos han hecho durante estos años muchas declaraciones a favor de esos postulados, olvidando cuando ellos fueron jefes y tuvieron en sus manos hacer el cambio institucional, el fortalecimiento operativo y mejorar el bienestar de su personal. Más que añorar viejas épocas deberíamos mirar cómo ha cambiado el Estado y ahí el esencial servicio democrático de la Fuerza Pública a favor de la sociedad.