No les gusta a todos. Pero el exministro de Economía y Finanzas, Richard Martínez, se ha destacado por su trabajo al frente de esa secretaría de Estado, especialmente en tres temas.
El primero por blindar la dolarización que necesitaba de reformas estructurales ya realizadas como impedir que el Banco Central le siga prestando dinero al Gobierno y evitar que se debiliten las reservas internacionales del país. O como imponer reglas fiscales para reducir el peso de la deuda que tiene restricciones al crecimiento de gastos, limita la discrecionalidad del manejo presupuestario y hay transparencia de la información. Eso es algo que no se había visto antes en el Ministerio de Economía.
El segundo tema es por la reestructuración de la deuda externa. En poco tiempo y con la aceptación de la mayoría de los deudores logró reducir el capital en $1,500 millones, bajar la tasa de interés casi a la mitad y duplicar el plazo de pago. Entre este año y el próximo, no se pagará intereses por cerca de $4,000 millones. Claro, hay críticos a ese reperfilamiento a la deuda porque traerá medidas colaterales.
El tercero es por su manejo en las finanzas para destinarlas a la protección social que incluirá a 450 mil familias adicionales hasta 2021. Pagó con puntualidad los bonos a más de un millón de beneficiarios, además $1.400 millones de una deuda de hace 10 años con los jubilados. También Ecuador es primer país en emitir un Bono Social Soberano destinado a 24.000 familias para vivienda. Sin embargo, dejó deudas con los médicos, municipios, trabajadores y docentes.
Solo el tiempo dirá si sus decisiones fueron las correctas o no.