Los expresidentes ecuatorianos reunidos en Panamá han dado la mayor prueba de que hacen política a favor de un solo modelo e irrespetan la voluntad de su pueblo. Bajo la batuta de un exjefe de Gobierno de España (en realidad el líder del bloque opositor de América Latina) piden más democracia y respeto a las libertades.
Bastaría revisar la historia de sus mandatos para saber qué hicieron a favor de una democracia plena y para mejorar la calidad de vida de sus mandantes. Apelan a valores liberales como si fuesen los únicos a los que deberían someterse todas las naciones.
Y son ellos los que demandan diversidad, pluralidad y se declaran perseguidos. En una sola voz, junto a la Sociedad Interamericana de Prensa (constituida ahora como organización política), han dicho que la democracia no solo es ganar elecciones y que las libertades están en riesgo. ¿Nuestros dos exmandatarios podrán decir, junto a sus coidearios, que sus gobiernos garantizaron derechos -como la educación y la salud- y que trabajaron a favor de la igualdad y las soberanías? (O)