Con el dinero y el futuro de los afiliados y los pensionistas no se juega, mucho más si la Seguridad Social se trata de una institución vital para todos ellos. Por eso -más allá de intereses proselitistas- los actores políticos, los gremios y las mismas autoridades deben mostrar toda la información, de modo que la ley aprobada en la Asamblea Nacional se entienda en su justa y compleja magnitud.
Si por interés político se ‘socializa’ una mentira no solo se crea un malestar innecesario sino que se siembra toda clase de sospechas. La Seguridad Social en el mundo entero es un complejo problema dados los cambios en la calidad de vida de los seres humanos. No hay un solo país que no atraviese por dificultades para afrontar el incremento de jubilados y menos aportantes.
Si hubo necesidad de una nueva ley y frente a ella hay dudas es el momento más indicado para abrir el mejor y mayor debate sin mentiras, medias verdades y mucho menos escandalosas insinuaciones de que se acaba y elimina el sistema social más respetable del país, del cual todos somos responsables, sin duda alguna. (O)