Tras conocerse del abandono que sufre el Castillo de Espronceda, declarado patrimonio cultural del país, donde se proyectaba instalar la Biblioteca Municipal, bien vale la pena comentar y exigir de las autoridades una respuesta inmediata. Por tradición y por respeto a la misma ciudad, no solo que hace falta contar con una biblioteca a la altura de las necesidades ciudadanas, sino que, por la tradición cultural, literaria y científica de la mayor urbe ecuatoriana, es un bien y objetivo estratégico para los guayaquileños.
El sentido común diría que antes de construir ruedas moscovitas, una ciudad como esta necesita una biblioteca para el siglo XXI. Y no se justifica por ningún motivo que “haya otras urgencias”. ¿No es una urgencia histórica y cultural contar con una gran biblioteca? ¿La cultura de una gran ciudad queda de lado o se reduce a bonitos espectáculos y cierto tinte o brillo para algunos monumentos?
El Castillo de Espronceda es una de las tantas joyas históricas y culturales de Guayaquil y todas las autoridades deben dar una respuesta para hacer realidad la biblioteca y salvar ese edificio, patrimonio cultural del Ecuador. (O)