Se ha expuesto más de una razón para explicar las enormes deudas acumuladas que generan un perjuicio para el Estado y, a la vez, un gasto enorme en juicios y trámites. Son 106.726 empresas. Y entre todas le deben al Estado ecuatoriano la cifra de $ 5.700 millones. Si bien es cierto que en la mayoría de ellas hay empresas pequeñas, también es una verdad que solo 8 de ellas suman una deuda de $ 443 millones solo entre intereses, multas y recargos, sin contar el capital. No hablamos de cifras menores y tampoco de firmas recién creadas o que hayan sido afectadas por alguna crisis, plaga o tragedia. Al contrario, esas ocho -además de algunos medios de prensa escrita- son de renombre, pautan publicidad por todas partes y reciben de ciertos medios de comunicación una acogida y silencios sospechosos. Más allá de eso, lo que esas cifras revelan es cómo afrontamos nuestros deberes. Quienes hablan de bajar impuestos y de cambiar el modelo de redistribución de la riqueza deberían revisar primero estas cifras antes de hacer planteamientos que caen por su propio peso (político). (O)
Más vistas en Editoriales