Publicidad
Nadie debería dormir tranquilo mientras exista injusticia social en Ecuador. Por lo menos esa debería ser la aspiración general, común y colectiva de todo el país. Y para eso hace falta un conjunto de acciones que no se resuelven por la vía de la filantropía ni la caridad.
Para ello están las propuestas legales, bajo el imperio de la Constitución, sin vulnerar derechos consagrados, pero sorprende que algunos sectores políticos y empresariales sumen criterios para oponerse a toda iniciativa en este sentido. Parecería que hubiese un solo objetivo: acumular riqueza por encima de toda consideración social.
Ahora que ha llegado a la Asamblea un proyecto de reforma a la Ley de Herencias vuelven los comentarios ácidos en contra de una medida cuyo fin es que tributen quienes ponen sus riquezas fuera del país. Todo el aparato conservador actúa y cuenta para ello, sorprendentemente, con el apoyo de actores mediáticos de redes sociales que parecería gozaran de una enorme riqueza y creyeran que las leyes fueran solamente hechas contra ellos. El único consenso posible -como acuerdo nacional- debería ser redistribuir la riqueza, sin más. (O)