Es un tema postergado, por un sin fin de razones (unas muy entendibles), pero que requiere una respuesta para estos nuevos tiempos.
La Seguridad Social es para muchos ecuatorianos la única garantía para sobrellevar su vida laboral y su jubilación. Y por lo mismo constituye un elemento medular en nuestra sociedad.
De ahí que esa gran mayoría esté pendiente del cambio profundo por hacer en este sistema nacional, que por décadas dejaron de lado esos gobiernos que hicieron de esta institución un botín para el clientelismo.
Todo lo que se haga en Seguridad Social estará en el ojo de la atención general y por lo mismo el debate -amplio- y las soluciones a los problemas actuales deberán contar con las mejores sabidurías. Si ahora llegó el momento de revolucionar la Seguridad Social, que sea con todo y de modo definitivo.
Mientras más nos involucremos en encontrar las mejores salidas, los únicos beneficiados serán los trabajadores, los campesinos y los empleados públicos que afincan sus esperanzas y vidas en este sistema.