Ecuador vivió durante un año un largo e intenso proceso de reflexión sobre las enmiendas aprobadas el pasado 3 de diciembre. Y significó una nutrida politización sobre los diversos temas propuestos. A diferencia de lo que ciertos sectores enfatizan -porque se concentraron en una sola de ellas en un claro afán proselitista a favor de un candidato- el debate permitió también sopesar el valor democrático de las instituciones y normas creadas a partir de la Constitución elaborada en Montecristi. Y ahora se abre un nuevo debate. El presidente de la República, Rafael Correa, ha dicho que hay una iniciativa para un paquete de enmiendas y, sobre la base de ello, habrá que enfatizar en el debate y en la reflexión pública. Evidentemente habrá quienes usen esto con fines estrictamente electorales y pondrán por delante el cálculo antes que la reflexión sopesada, argumentada y con sentido patriótico. Pero el país ya aprendió que la politización es buena cuando ocurre en medio de un debate responsable y patriótico. (O)
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