La confrontación y la protesta solo tienen sentido si no hay espacios para el diálogo. Los trabajadores del campo y la ciudad han tenido varios espacios para la construcción de las leyes. La Asamblea Nacional registra esa realidad, pero parece que hay ciertos intereses políticos que buscan la confrontación permanente.
Tras la asamblea realizada en Guayaquil, uno de los altos dirigentes del Frente Unitario de los Trabajadores (FUT) ha dicho que hay apertura para conversar con las más altas autoridades del Gobierno y afrontar conjuntamente los retos, demandas y hasta problemática de la clase obrera ecuatoriana. Si es así, no cabe duda de que se abre un escenario político positivo. Tanto para el Gobierno como para el FUT un encuentro para -por ejemplo- la construcción de un Código del Trabajo para el siglo XXI será vital para la democracia, el cambio de la matriz productiva y los derechos laborales. Ojalá este diálogo no sea torpedeado por los políticos desestabilizadores y oportunistas, además de cierta prensa.