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Ayer, en una radio, un excandidato a la Vicepresidencia por un grupo de derecha dijo: “Con el nuevo Código Monetario y Financiero vamos a los inicios de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)”. Y en otro medio, un alto dirigente de la izquierda plurinacional señaló que con esa normativa se afirma el mejor modelo capitalista neoliberal.
Por lo visto el fundamentalismo político lleva a esas posturas, a veces irreflexivas, por el solo afán de hacer política de la más precaria. De la derecha y de los banqueros se entiende su angustia y hasta crítica, por lo mismo, de sus voceros se puede esperar que digan lo que sea.
Pero desde la izquierda ya no se sabe qué pensar. Lo cierto es que entre esas polaridades hay un código que no solo era necesario sino urgente para ordenar, normar, regular y desarrollar un nuevo escenario para las finanzas públicas y privadas. Ni estatización ni liberalización, esa es la realidad. Hay una recuperación de la rectoría sobre un sector estratégico en la economía.