No se puede perder toda la historia que guarda el llamado expenal García Moreno. Por más hotel de lujo que se haga, habrá que considerar la existencia de un museo para la memoria de todas las generaciones habidas y por haber.
Por esas paredes y pasillos pasaron miles de personas, muchas de ellas injustamente encerradas. Sí, porque esa fue la historia de este país también: por sus pensamientos y acciones en favor de los derechos y de la democracia se encerró allí a luchadores honestos y patriotas.
El más insigne: Eloy Alfaro. Al clausurarse como prisión, tras 135 años de existencia, esta cárcel ahora ocupa otro lugar en el imaginario colectivo y, por lo mismo, requiere otro tratamiento, que no se reduzca a una obra física, sino que abarque memoria y trascendencia histórica.