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El proyecto de Código Monetario y Financiero y la construcción del Metro para Quito no pueden ser objeto de manipulación de ningún actor político, mucho menos cuando los asuntos de fondo e implicaciones comprometen la economía y hasta la confianza en sectores sensibles.
Cuando el Consejo de Regulación y Desarrollo de la Información y Comunicación (Cordicom) exhorta a los medios a un tratamiento más responsable sobre el Código Monetario, lo hace en la medida en que el objetivo final de la discusión es garantizar información de calidad a la ciudadanía y no ejercer censura previa, como ya dicen los mismos que siempre se opusieron a la ley de comunicación y que por cualquier motivo la van a atacar (más cuando están financiados para ese objetivo).
Algo parecido ocurre con la construcción del Metro, pero parece que determinados actores políticos están más interesados en incidir en ciertos medios a favor de sus intereses particulares antes que de los públicos.