Ecuador no necesita mirar a Reino Unido, solo requiere mirarse a sí mismo en retrospectiva
Hace tres días Italia prendió las alarmas ante la llegada de la tercera ola de coronavirus y dispuso un nuevo confinamiento que va desde el 24 de diciembre hasta el 27 y desde el 31 de diciembre hasta el 3 de enero.
Este confinamiento, que desde lejos parecía exagerado, fue decretado el viernes 18 con la advertencia de que Italia sería "zona roja" (el máximo nivel de riesgo de contagio), lo que significa no salir de casa, excepto por motivos de salud y de trabajo.
Latinoamérica empezaba a poner las barbas en remojo cuando Reino Unido anunció el hallazgo de una nueva mutación del virus, más agresiva.
¿Y por qué Ecuador no puede perder de vista lo que pasa en Italia o en Reino Unido?
Porque Europa es el espejo en el que Ecuador ha podido verse durante esta coyuntura sanitaria que ahora se torna más peligrosa por el mes en el que estamos, diciembre, el de las compras, el de las reuniones, el de las aglomeraciones y el de los abrazos.
Pero como la memoria de los ecuatorianos es frágil, las reuniones no han faltado, y la Bahía y algunos centros comerciales de Guayaquil se atiborraron de gente este domingo a tal punto que las autoridades tuvieron que cerrar un mall.
Ante esta situación, el presidente de la República, Lenín Moreno, se vio urgido a convocar de manera urgente una reunión para hoy, lunes 21 de diciembre, con el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional.
Frente a esta todavía desconocida mutación, 11 países europeos cerraron sus fronteras con Reino Unido. Y en Véneto, Italia, la situación está empezando a salirse de control.
No dejen, pues, ecuatorianos, de mirarse en ese espejo, aunque no sea necesario posar la mirada tan lejos, solamente basta mirar al Ecuador en retrospectiva y situarse en los aciagos meses de marzo y abril de este año. (O)