Las elecciones latinoamericanas se miran con atención en Ecuador, pero los comicios en los países vecinos generan expectativa por la parte que nos toca de los intereses geopolíticos.
Este domingo, por ejemplo, los peruanos elegirán a la persona que regirá sus destinos por los próximos años, y desde que Ecuador y Perú firmaron la paz, es indudable que las relaciones bilaterales se profundizaron. Las autoridades de ambos países han expresado, en reiteradas ocasiones, que los lazos están en su mejor momento.
Sin embargo, aún está pendiente la divergencia sobre los límites marítimos de Perú y Chile. Este diferendo se ventila actualmente en la Corte Internacional de La Haya y el fallo afectará a Ecuador. Tanto es así que el país ha sido invitado a participar.
Por esa razón la diplomacia ecuatoriana estará atenta a las políticas que emanen del nuevo Poder Ejecutivo y la ciudadanía espera que prime el diálogo antes que los enfrentamientos, que son cosas del pasado, a pesar de que no dejan de preocupar ciertas tesis electorales sobre la resurrección del Tahuantinsuyo o de “reivindicar aspiraciones de la patria”. No podemos olvidar que, en décadas pasadas, absurdos sentimientos patrioteros terminaron en conflictos bélicos.
Al cierre de la campaña electoral los medios calificaban a estas elecciones como las más reñidas de la historia reciente del Perú, y en este período de silencio todos los sectores deben analizar las propuestas de los aspirantes a la Primera Magistratura. El tiempo de reflexión debe ser aprovechado al máximo para no repetir errores del pasado.
Mañana, nuestro vecino vivirá una fiesta democrática y es probable que haya una segunda vuelta, así que habrá que esperar hasta junio para conocer al nuevo mandatario.
Que gane el mejor, para que pueda afianzar aún más los lazos de amistad binacional.