Ecuador se congratula, sin ninguna duda, por lo alcanzado entre Cuba y EE.UU. Las dos naciones ganan mucho y América toma un respiro hondo y muy sentido en su convivencia. Como lo reconoció ayer John Kerry, secretario de Estado, la política de su país no solo aisló a Cuba sino a EE.UU. del modo más irracional. Han pasado 25 años desde la caída del Muro de Berlín y el bloqueo agredió a una nación pequeña, sin ningún motivo ni razones humanitarias.
Por eso ahora, a pesar de la demora injustificada, constituye un paso histórico. Lo de fondo en realidad es que Cuba alcanza uno de los triunfos más duros y dolorosos. Y corresponde a todas las naciones apoyar el proceso de reconciliación entre los dos países.
Pero eso sí, ante todo hay que sostener la defensa de la soberanía y la autodeterminación de Cuba. No cabe, por ninguna parte, volver a intentar imposiciones de modelos, políticas ni medidas. Por ahora, en la isla caribeña hay alegría, y eso plantea un futuro promisorio para todos.