Tienen razón quienes consideran que la sociedad civil y sus organizaciones no están activas o no tienen una dinámica igual que años atrás. Pero no tienen toda la razón. Esa sociedad civil atraviesa por una de sus crisis más complejas por múltiples razones, entre otras, porque algunas personas confundieron la tarea real con un supuesto activismo político en las redes sociales y, como dice un académico, “pasó de la calle a la red”. Más allá de eso, es vital que la sociedad se active y movilice.
En esa dinámica, la gestión y la administración pública se potencian. Es cierto también que esa movilización debe ser por la conquista y defensa de los derechos, además de proteger la democracia y profundizar sus contenidos. Pero ahora parece que ciertos periodistas y ‘políticos’ se otorgaron la representación de la sociedad civil, hablan por ella y hasta dicen lo que supuestamente demanda. Y en ese plano el debate político pierde ese sentido profundo porque se contamina de intereses proselitistas.