Un ‘tuit’ dice mucho y nada, pero ahora uno de la secretaria de Estado para el hemisferio occidental ha cometido un grave error: inmiscuirse en asuntos de un país soberano. Aludirá a ciertos principios que solo sirven para su Gobierno, porque cuando se habla de los problemas políticos, económicos, judiciales, culturales y racistas de EE.UU. quizá no tengan el peso que esta secretaria le da al supuesto problema de libertad de expresión en Ecuador. Ella no tiene ninguna autoridad ni política, menos legal o jurídica, para llamar la atención de ninguno de los gobiernos de América Latina. Porque si se permite esa atribución, deberá esperar lo mismo de cualquier país de este continente. Y si es así, entonces ella deberá escuchar una serie de llamados de atención sobre los graves problemas de libertad, no solo de expresión, por los que atraviesan decenas de miles de estadounidenses. Si eso no entiende, es mejor que asuma sus obligaciones políticas concretas que son, entre otras, terminar con el bloqueo económico con Cuba para garantizar una plena diplomacia con su país. (O)