El pasado viernes 24 de julio, el Consejo de Generales, liderado por el comandante Patricio Carrillo, y la Ministra de Gobierno María Paula Romo, ascendieron a 43 tenientes coroneles al grado superior de coroneles, según el Acuerdo Ministerial 0398.
Los protagonistas de esos ascensos pasaron todas las pruebas de confianza que duraron varios meses: médicas, psicológicas, toxicológicas, poligráficas y de análisis de su situación financiera, señala el portal Código Vidrio. Es decir, se cumplió el riguroso sistema de calificaciones que tiene una primera nota sobre 20, el 50% viene de la nota anual de desempeño, análisis de méritos y la nota del curso de ascenso. Mientras el 50% es la calificación del Consejo de Generales. Con esa primera nota solo ascienden los que tienen 18 o más más puntos y después hay un segundo momento para determinar la antigüedad.
En ese proceso se respetó la meritocracia en las filas policiales, nadie pasó de un grado a otro superior sin tener los requisitos para ello. Eso es lo que se espera de un sistema democrático en el cual todos tienen las mismas posibilidades y oportunidades, así como las obligaciones de cumplir con excelencia su trabajo.
Pero ocho oficiales no ascendieron, aunque tienen el recurso de solicitar una revisión. Entre los cesados está Francisco Saavedra, oficial de Inteligencia, quien ha sido denunciado por espionaje en el gobierno de Rafael Correa. De acuerdo a Código Vidrio, algunos periodistas, políticos y activistas de derechos humanos acusaron a Saavedra de hacer supuestas operaciones para perseguir y hostigar a los opositores del correísmo.
Por ejemplo, contra el actual asambleísta de CREO, César Carrión, quien era el director del Hospital de la Policía en el 30 de septiembre (30-S). El legislador fue acusado de magnicidio y estuvo siete meses y medio detenido en el Penal García Moreno, pero fue absuelto y reintegrado a la Policía. Sin embargo, el parlamentario pidió la baja de la institución.
Carrión tomó una fotografía a Saavedra disfrazado de sacerdote en una manifestación contra Correa en 2015. Él dijo a EL TELÉGRAFO que ascender a Saavedra sería ir contra la norma porque estuvo al servicio del espionaje en el anterior Gobierno y utilizó equipos pagados por todos los ecuatorianos en lugar de desarmar organizaciones delictivas o subversivas. Pero el oficial de Inteligencia se defiende y dice que cumplía con su trabajo y recibía órdenes superiores. (O)