El sistema penitenciario de Ecuador se encuentra en evidente crisis.
No solo por los recurrentes intentos de motines por parte de las personas privadas de libertad o de las muertes violentas que se suscitan en el interior de las celdas, originadas por bandas que se disputan el liderazgo.
También por otro factor que complica el sistema de rehabilitación y es un interno más que cumple una larga condena: la corrupción en la administración penitenciaria.
Al menos ese es el mensaje que dejó la detención y posterior orden de prisión preventiva en contra Héctor Reyna Vivar, director de la Penitenciaría del Litoral.
Lo curioso del caso es que Reyna Vivar fue detenido después de dar una versión por el caso de asociación ilícita con la cual se habría dejado en libertad a Jorge Luis Zambrano, líder de la banda "Los Choneros", la misma organización que protagonizó una riña en la que fallecieron 11 reclusos, el 11 de agosto pasado.
El Director, no solo evidenció su falla como principal administrador en uno de los centros de rehabilitación donde se han registrado mayor número de incidentes en la historia de las cárceles del país, sino que además su nombre suena en el asesinato de Shay Dahan, uno de los dos ciudadanos israelitas, detenidos en Santa Elena con $ 300.000 en efectivo y con credenciales falsos de la DEA.
En redes sociales y en medios de comunicación circula el video de una llamada en donde Dahan conversa "de tú a tú" con el Director de la Penitenciaría. De forma abierta, Reyna Vivar le garantiza seguridad al interno, a cambio de fuertes sumas de dinero. Al poco tiempo, el extranjero fue asesinado dentro de su celda.
De comprobarse estos hechos, caben varias preguntas ¿Cómo es posible que el Director de un Centro Penitenciario esté abierto a recibir dinero, a cambio de dar privilegios?
Si vemos que el Director de la Penitenciaría se presta para estos actos ¿qué podemos esperar de su personal como son los agentes de seguridad penitenciaria?
¿Qué garantías hay de que el estado de excepción en las cárceles convierta a los centros penitenciarios en sitios seguros? Las preguntas quedan abiertas. (O)