Reyes: "Los debates en los que cada uno ve sus intereses se estancan"
El proyecto de Ley de Crecimiento, que actualmente se analiza en la Asamblea Nacional, plantea tributos sobre algunos bienes y servicios que antes no pagaban impuestos.
Las bolsas plásticas, los planes celulares pospago a personas naturales o el incremento de un punto a bebidas gaseosas o energizantes, son algunos ejemplos.
Las autoridades indican que estos tributos guardan el sentido de progresividad y que apuntan a cambiar el comportamiento de los ciudadanos hacia un consumo más responsable con el ambiente y la salud.
Los incentivos o desincentivos económicos efectivamente influyen en el comportamiento de los ciudadanos, así indica Xavier Reyes, ingeniero comercial con experiencia en los sectores público y privado, quien analiza el proyecto de ley en este sentido.
¿Cuál es su visión del proyecto de ley económica en general?
Hay que entender la macroeconomía y las necesidades financieras del país. Si se pasa de un gobierno en donde lo social y, probablemente, hasta lo ambiental es prioridad frente al mercado, el capital y el crecimiento, las formas de administración son distintas. Este Gobierno ha hecho cambios fundamentales desde plantear la recuperación de las reservas monetarias internacionales. Esa es una forma de asegurar los recursos económicos en caso de escasez.
Mientras que en un esquema de socialismo se usan esas reservas para cubrir las necesidades del Estado (del momento). En ese contexto se toman decisiones distintas a las que estábamos acostumbrados en los últimos años.
No obstante, hay que cubrir las necesidades de la caja fiscal y creo que en ello tiene que haber un equilibro. No solo en Ecuador ni en Chile, sino lo que pasa en el mundo es el resultado de esos desequilibrios en los estratos sociales. La reforma actual tiene un fin recaudatorio y de compensación de caja fiscal. Lo que quiere el Gobierno es compensar los gastos y la falta de ingresos.
Una de las iniciativas en materia ambiental es el impuesto a las fundas plásticas ¿Qué opina?
Toda iniciativa que se trabaje desde el incentivo o desincentivo es positiva para lograr algún tipo de conciencia. Lo importante es que desde la política pública, empresa privada y familia se concientice sobre el tema ambiental.
En ese sentido, el Gobierno puede poner un impuesto de $ 0,10 como política pública. Habrá personas que vayan al supermercado y que salgan con 10 fundas que ya representan $ 1 y eso ya invita a pensar en otros usos de ese dinero.
El objetivo no es recaudar, sino reducir el consumo de bolsas plásticas. Si el SRI espera recaudar $ 22 millones por este rubro, quiere decir que el consumo en el año es de 220 millones de unidades. Si se divide para la población, el consumo por persona es de menos de 15 fundas en el año. Lo que no está claro es cuánto se quiere reducir. Ojalá sea hasta la mitad, es decir a 110 millones de fundas plásticas.
Es un mensaje de que estamos conscientes de que la funda plástica no es la mejor opción para guardar alimentos; ojalá veamos un cambio de comportamiento de las personas.
¿Cuál debería ser el aporte empresarial?
Lo que vive actualmente el mundo por el cambio climático y el ver islas de plásticos en los océanos, ha hecho que los canales de distribución tomen ciertas decisiones. Por ejemplo, hace un año algunos supermercados empezaron a usar fundas biodegradables.
También depende de lo que haga cada Municipio en su competencia ambiental. Por ejemplo, el de Guayaquil dio seis meses a las industrias para pasar de envases de polietileno a otro más amigable con el ambiente. Ahora ya hay industrias que fabrican envases del bagazo de caña o de fibra del maíz que son compostables.
¿Qué recomendaciones podría hacer a la política ambiental y económica del país?
Sería interesante que en los temas de emprendimiento se incluya un capítulo ambiental que contemple parámetros para producción, procesamiento y manejo de desechos. La política ambiental debe ser transversal.
Todos tenemos en el ADN el principio aspiracional de lucrar sin pensar en el ambiente y reclamando una buena calidad de vida. Ojalá en un momento trascienda lo ambiental sobre el lucro.
Ahora todos tenemos claro que la reforma tiene un fin recaudatorio para cubrir el déficit fiscal. Me encantaría que se aproveche más la potencialidad de Ecuador en turismo, agricultura y generación eléctrica.
También debería haber políticas de compensación para el que menos contamina con los recursos de quienes más contaminan, pero de eso estamos lejos.
¿Cómo reaccionará el mercado con el incremento del impuesto a las bebidas energizantes y gaseosas o a los insumos de los cigarrillos electrónicos?
Cuando uno pone un impuesto a un producto adictivo no se desincentivará el consumo; es aprovechar esa adicción para tener una recaudación mayor. Un impuesto a un producto de esa naturaleza jamás desplaza a la demanda.
En las bebidas energizantes o gaseosas desconozco si existe una adicción. Si la hay, el consumo no bajará. Si no la hay, los consumidores verán cómo sustituir esas bebidas. El comportamiento lógico en un proceso de crisis es inmediatamente la sustitución. Si tenían algún producto suntuoso en sus canastas lo cambiarán por algo de menor categoría y eso ocurre en cualquier estrato social.
¿Cuál es su criterio sobre la reducción de aranceles en la importación de teléfonos y el incremento del costo de los planes celulares pospago?
Es una medida compensatoria. Si se pone un arancel a la importación de celulares se frena el consumo de productos importados y la salida de recursos; mientras que si se baja el arancel se puede acceder a más y nuevos modelos. Pero el ciudadano usa ese teléfono para trabajar, producir y percibir recursos en Ecuador y eso se paga (con el impuesto a los planes celulares).
¿Pero no es contradictorio?
En dolarización hay que cuidar los flujos. Lo que se deja de cobrar por la importación, se cobra en los impuestos a los planes.
Entonces no hay beneficio para la ciudadanía...
Hay que pensar qué valora la ciudadanía: el modelo del teléfono o el plan. Si se consume más, se paga más y viceversa.
En esta realidad hay que tener decisiones para compensar el presupuesto. Si no estuviéramos en esta realidad, probablemente el Gobierno tendría mejores alternativas para contentar a todos. La única forma de salir adelante es unidos como país. Los debates en los que cada uno ve por sus intereses es la principal causa para el estancamiento.(I)