El inicio de las negociaciones del espectro radioeléctrico con las operadoras móviles privadas para el servicio 4G genera expectativa, a pesar de que el Gobierno apunta a obtener una alta rentabilidad para el Estado.

“Tiene que haber una justa participación de los ecuatorianos, de la renta que genera la delegación de la explotación de un servicio público, en este caso el servicio público de telecomunicaciones”, precisó ayer el vicepresidente de la República, Jorge Glas.

El proceso estará a cargo del ministro de Telecomunicaciones, Jaime Guerrero, quien lo explicará hoy en una rueda de prensa. Mientras tanto, el presidente ejecutivo de Movistar, José Manuel Casas, se muestra optimista con la noticia. “El anuncio del presidente (Rafael) Correa nos llena de alegría porque da paso al inicio formal de las negociaciones de un tema que veníamos tratando hace meses. Eso mejorará inmediatamente la calidad del servicio que ofrecemos a los usuarios”, dijo.

La filial de Telefónica en Ecuador espera negociar en 2 vías: la ampliación del espectro 3G, que de inmediato redundará en la calidad del servicio, y en la concesión de la banda 4G, disponible exclusivamente para la operadora estatal CNT desde enero de 2013.

La nueva tecnología mejorará sustancialmente la velocidad percibida por el usuario y permitirá las teleconferencias, que actualmente están limitadas por la baja percepción del audio y del video.

En el último enlace ciudadano, el Mandatario difundió los ingresos que perciben las telefónicas en el país, que en el caso de Movistar sumaron $ 309 millones entre 2008 y 2013. Casas sostuvo que se trata de ingresos razonables y que anualmente invierten $ 150 millones para mantenerse a la vanguardia de las telecomunicaciones. Con la posibilidad de expandir su negocio con el servicio 4G, el directivo adelantó que ello no implicará un incremento significativo para el usuario; incluso, habría disponibilidad de teléfonos que no superen los $ 100.