El tratamiento del agua es visto todavía como un gasto que a muchas industrias les cuesta asumir. Una planta de tratamiento de uso industrial puede llegar a costar hasta $ 1’000.000. Sin embargo, durante un encuentro realizado en días pasados en Guayaquil, expertos del sector se reunieron para analizar el tema de la contaminación en la cuenca baja del Guayas desde una mirada práctica y con la exposición de novedades, tanto tecnológicas como de financiamiento para inversión en gestión ambiental.

Franklin Ormaza, organizador del evento ‘Industria y Gestores Ambientales’, expresó que si bien el tema requiere una fuerte inversión económica, la idea es abrir un abanico de posibilidades para disminuir el impacto de las operaciones industriales.

“La contaminación del Estero Salado, del Daule o el Babahoyo es un problema del mal tratamiento de las aguas residuales. En todo el país, el 80% del agua es de uso doméstico y el 90% no es tratado”, apuntó.

Ricardo Echeverría, gerente de Chemequip, quien ofertó equipos para plantas de tratamiento, explicó que las aguas residuales, sobre todo las de tipo biológico, como las de pesca, camarón y lechería, son altamente contaminantes, pero que se pueden depurar con equipos como filtros, ablandadores y desmineralizadores. Según afirmó, existe plena conciencia a nivel empresarial sobre la importancia del tratamiento, pero los recursos no son suficientes, ya que no todas las industrias pueden financiarlo por sus altos costos.

No obstante, consideró que es tiempo de tomarlo como una inversión, especialmente por parte de quienes esperan exportar, pues los mercados mundiales, especialmente la Unión Europea (UE), exigen estándares ambientales muy estrictos.

El tema del financiamiento también fue tratado durante la cita. El banco Procredit presentó su producto EcoCrédit, que tiene poco más de un año en el mercado y permite acceder a finaciamientos desde $ 5.000 hasta $ 500.000 para proyectos de todo tipo.

Antonio Arteaga, ejecutivo de la institución, mencionó que los préstamos aplican a aquellos negocios que quieran renovar sus equipos por otros de mayor eficiencia energética, instalar paneles solares, implementar sistemas de energía eólica, entre otros. “Nosotros les ayudamos a entender que obtendrán un ahorro a largo plazo”, señaló Arteaga.

Para Ormaza, la mayor responsabilidad del medio ambiente la tienen los ciudadanos, de ahí la importancia de esta reunión práctica con ambos sectores.