Uno de los talones de Aquiles de la conectividad es la seguridad informática que deja a los usuarios, empresas y hasta gobiernos a merced de ciberdelincuentes que cometen suplantación de identidad, robo de información sensible, claves bancarias y bancos de datos, entre otros.

De acuerdo a la compañía de software especializada en seguridad informática McAfee, el cibercrimen tiene un impacto global en la economía de más de $ 350 mil millones.

El 2017 se cerró con casi 10 millones de nuevos tipos de programas maliciosos para Windows y más de 3,5 millones para Android, lo que da cuenta de la magnitud del problema.

Darío Jácome, consultor de seguridad informática considera que de la misma forma en que un negocio físico está expuesto a los ladrones, en el comercio que se realiza por Internet existen peligros que pueden vulnerar la seguridad tanto de vendedor como de comprador.

“Aunque los medios de pago son actualmente más seguros que en el pasado, las ventas pueden estar sujetas a varios peligros perpetrados por ciberdelincuentes”, afirmó el experto.

Alejandro Chávez, líder de servicios de seguridad de información de la compañía Eset Ecuador, destacó que ante el inminente desarrollo acelerado del e-commerce, es necesario construir una cultura de seguridad informática a través de capacitaciones, charlas y cursos en los que deben vincularse tanto compradores como vendedores.

Dentro de las precauciones que deben tomar los vendedores están la validación de las seguridades de las plataformas por las que se realizan las transacciones. Aquello permitirá, entre otras cosas, que los datos de los usuarios sean cifrados, para que los cibercriminales no los roben, no modifiquen las transacciones ni sustraigan  información sensible de quienes hayan hecho las compras.

Por ejemplo, recomendó a los comercios en línea que soliciten a la plataforma de e-commerce que se ejecute un escaneo de las vulnerabilidades de la página, procedimiento a través del cual un experto ejecuta ciertos programas y códigos que verifican los riesgos o las vulnerabilidades de acceso a las bases de datos.

De qué protegerse

Entre los delitos que amenazan al e-commerce, Jácome identificó la apropiación de la cuenta conocida en inglés como Take Over, que consiste en la obtención de datos de un usuario, ya sea del comprador o del vendedor, para tomar el control de su cuenta.

Con esa información el cibercriminal puede cambiar la dirección o los contactos telefónicos para ejecutar el fraude.

Otro de los delitos es la triangulación nociva, que consiste en la compra de un producto a través de una tienda en línea, pero pirata o ilegal y que no dispone del artículo. Esta a su vez le compra a un establecimiento legal el producto solicitado, pero con una tarjeta de crédito robada o clonada.

El robo de identidad también amenaza a las transacciones por internet. Esta es una operación fraudulenta mediante la cual se sustraen los datos personales de un cliente o de un comercio virtual, además de contraseñas o números de tarjetas de crédito. 

Ciberseguros para ciberdelitos

Daniel Rivas, broker de seguros de una importante firma de la capital mencionó que la adquisición de pólizas contra delitos cibernéticos no es muy comercializada en el país, sobre todo en micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), que representan el mayor tejido comercial en el país y puntualmente en el e-commerce.

Por el contrario,  las grandes empresas y corporaciones se encuentran más predispuestas a la contratación de un ciberseguro, pues garantiza un margen de amortiguación de los diferentes daños resultantes.

Uno de los seguros disponibles es el de Responsabilidad Civil para Riesgos Cibernéticos de AIG Metropolitana, el cual cubre perjuicios y gastos de defensa relacionados con una violación de información de personas o de corporaciones. Además, protege de la divulgación pública de datos privados y corporativos. 

Recomendaciones de seguridad:

01 Escoger una plataforma E-commerce segura. Utilizar una plataforma de comercio electrónico donde el panel de administración sea inaccesible para los atacantes, y solo disponible en la red interna de la empresa.

02 Utilizar conexiones seguras para las compras online. Se recomienda utilizar protocolos de seguridad como Secure Sockets Layer (SSL) para la autenticación web y la protección de datos.

03 No almacenar datos sensibles. No hay necesidad de almacenar miles de registros de los clientes. Sobre todo los datos de las tarjetas de crédito. (I)