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Las aceleradoras e incubadoras son el pilar de la comunidad emprendedora
¿Quiere emprender un negocio? ¿Tiene una idea y necesita que alguien le ayude a materializarla? Si es así, tiene que leer este artículo.
Emprender puede ser más sencillo, solo debe estar convencido de lo que desea hacer porque lo más difícil es elaborar un plan de acción para cumplir esa meta. Y lo importante es que no está solo. Para eso existen las incubadoras de empresas.
¿Ha escuchado de este término? Una incubadora de empresas es un centro de apoyo que brinda asesoría especializada para que una idea de negocio se vuelva una realidad.
Se encarga de evaluar y asegurar la viabilidad de la idea, tomando en consideración todos los recursos necesarios para que el negocio se sostenga en el tiempo: recursos financieros, legales, humanos, técnicos, situación del mercado, entre otros, para aumentar las posibilidades de éxito.
Es decir, usted tendrá a la mano la ayuda de expertos que le ayudarán a consolidar un plan de negocios que delimitará su idea y aterrizará aquello que desea hacer, considerando los alcances del proyecto, así como las posibles limitantes y obstáculos a los que puede enfrentarse.
Néstor Ramón Orozco, director de One Nest, explica que el objetivo principal de las incubadoras y aceleradoras es “dinamizar la economía nacional” a través de un “ecosistema” tecnológico que facilite o resuelva los problemas de una compañía existente, en algunos casos, o que presente nuevos productos en el mercado y forme un nuevo negocio.
Chile es uno de los países de la región en donde este ecosistema es exitoso. Ignacio Cuevas, subdirector de Chrysalis, Incubadora de Negocios de la Universidad Católica de Valparaíso, en declaraciones para La Voz de Argentina, explica por qué su país es el modelo a seguir por muchos.
“El gobierno contribuye con financiamiento para los capitales semillas, capitales de escalamiento, y capitales iniciales para la generación de prototipos; pero también hay apoyo a instituciones para los coworking, incubadoras o hubs, que permiten avanzar en la conformación de esta cultura”, señala.
En Chile la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) y la Secretaría de Cooperación Técnica (Sercotec) son entidades públicas que respaldan estos ecosistemas.
Pero qué pasa en Ecuador. Alfonso Abdo, director ejecutivo de ConQuito, asegura que este tipo de ecosistemas recién está caminando en el país, pero con pasos significativos, los mismos que inciden en los diferentes tipos de incubadoras y aceleradoras.
“En ConQuito, por ejemplo hacemos el acompañamiento desde las etapas más tempranas (prototipado, primeras ventas, etc.); mientras que hay otras incubadoras que venden servicio y viven del pago de esos servicios, porque no pueden darse el lujo de atender proyectos muy tiernos; y hay otro tipo de incubadoras que inyectan capital y son partícipes del negocio, es decir, las aceleradoras”.
Pero para fortalecer este ecosistema se necesita el apoyo de las entidades gubernamentales, empresa privada y por supuesto, ideas creativas e innovadoras. (I)
ESCENARIOS
01 Una rigurosa selección y proyectos viables son el eje de las aceleradoras
Una start-up (empresa emergente) es aquella sociedad que generalmente ofrece proyectos en el ámbito de la innovación y nuevas tecnologías que, por su juventud y falta de capital, busca financiamiento y capacitación para que su proyecto sea exitoso. Es por eso que acuden a las incubadoras o aceleradoras.
Sin embargo, “no todos los emprendimientos deben pasar por una incubadora o por una aceleradora”, sostiene el director ejecutivo de ConQuito, Alfonso Abdo.
Todo depende del tamaño del negocio y la etapa en la que se encuentre. “Después de 6 meses de incubación puede ser que su start-up avance a una aceleradora o a una incubadora más amplia”, agrega. En cualquiera de los casos, todas deben tener proyectos innovadores para que sean atractivas para el mercado y para los inversionistas.
“Las aceleradoras, en algunos casos, funcionan con una visión financiera y buscan un provecho económico, más allá de la responsabilidad social que manejen. Es por eso que las ideas tienen que ser lo más innovadoras posibles”. Esto no quiere decir que existan malas ideas, pero —según sostiene— de los errores y fracasos también se aprende.
“No se puede garantizar el éxito de una start-up, pero se debe trabajar más en los incentivos, perfeccionamientos y capacitación. El Estado debe ser el principal motor para ello”. (I)
02 Negociación con las autoridades estatales e inclusión de leyes
Para que el ecosistema de emprendimiento sea exitoso en el país, se requiere de políticas económicas que viabilicen estos procesos, sostiene Natalia Almeida, de la Alianza para el Emprendimiento e Innovación del Ecuador (AEI). Esta organización, que alberga a más de 100 entidades privadas de diferentes sectores, pide la participación gubernamental más directa a través de diferentes ejes.
Uno de ellos es la mejora en el perfil del talento humano y el acceso a los mercados. “Se necesitan programas de desarrollo de proveedores e incentivos para empresas ancla para que sus proveedores puedan desarrollarse, mejorar la competitividad de sus empresas y sus productos lleguen a mejores estándares de calidad”.
Almeida cree conveniente la creación de incentivos como periodos de gracia más amplios o la reducción de ciertos intereses para que puedan acceder a créditos y mejorar la producción de sus bienes y servicios.
La simplificación de trámites es otro punto “necesario”, al considerar que el exceso de papeleos atrasa ciertos procesos, incluso en situaciones delicadas como el cierre de una empresa. “Una empresa que desea cerrar de buena fe debería hacerlo en el mejor tiempo posible para que tenga la oportunidad, si se da el caso, de reinsertarse a la economía nacional, organizarse, etc. En el país es muy difícil cerrar una compañía”. (I)
03 Incentivos para fomentar la investigación y capacitación
Responsabilidad limitada a los inversionistas es otro de los temas que propone la Alianza para el Emprendimiento e Innovación del Ecuador (AEI). “Actualmente si un inversionista inyecta capital en una empresa y esta quiebra o es intervenida, por las razones que sea, los accionistas deben responder con el total de sus patrimonios aunque su participación en la empresa en cuestión sea mínima. Pensamos que la responsabilidad debe ser limitada, es decir, que vaya acorde a su inversión. Si usted invirtió $ 5.000 en acciones y si la empresa pasa por estos problemas, usted deberá responder en proporción a su participación”, señala Natalia Almeida.
Otra de la propuesta guarda relación con la innovación. “Está demostrado que en Ecuador, la empresa privada estima un 0,35% del PIB en innovación, investigación y desarrollo, cuando el porcentaje promedio en los demás países de la región es del 1,4%. Lo ideal es igualar esa cifra o superarla en el mejor de los casos”, agrega la funcionaria.
El Estado debe, sostiene, crear una serie de incentivos como la reducción del impuesto a la renta para que las empresas usen ese rublo en la capacitación de su talento humano, compra de maquinaria, tecnificación, etc. “Existe apoyo, pero no es suficiente. Lo bueno es que se está negociando y mientras tanto, las incubadoras y las aceleradoras continúan haciendo su trabajo con los emprendedores”. (I)
04 Las habilidades que un emprendedor necesita para triunfar con su idea
La comunidad emprendedora en el país va por buen camino, sostiene Melisa Salazar, coordinadora de proyectos de Innobis. Esta incubadora, la más grande de la Costa ecuatoriana, trabaja simultáneamente con las start-ups para que se conecten con el mundo real. “Las incubadoras ponen en el emprendedor todas las habilidades que necesita conocer para hacer una negociación, mejorar su comunicación, estructuración del negocio, etc.”.
Explica que estas herramientas no garantizan el éxito de la empresa, pero brindan la oportunidad de mejorar, remplantearse y recomenzar, de darse el caso. “En Innobis, por ejemplo, trabajamos con un equipo multidisciplinario que asesora a los emprendedores en todas las etapas, solo se necesita un equipo comprometido con su idea de negocio”.
Esta aceleradora realiza 2 convocatorias anuales (que duran 60 días) para buscar ideas innovadoras en los giros de negocios relacionados con las empresas del grupo Nobis como la unidad de negocios agroindustrial o proyectos de hotelería y turismo, tecnología, responsabilidad social, inmobiliaria, entre otros. “En muchos casos, estas empresas pueden convertirse en proveedores del grupo o de la red de contactos que manejamos. Es la responsabilidad social de Innobis y a su vez, se fortalece el ecosistema de emprendimiento nacional”. (I)
05 Las aceleradoras también invierten en los proyectos de las nuevas empresas
En el mercado nacional, hay diferentes tipos de aceleradoras e incubadoras explica el director ejecutivo de ConQuito, Alfonso Abdo. “Tranquilamente hay incubadoras que viven solo de los servicios que brindan a las start-ups y existen otras que se convierten en accionistas o partícipes de esas ideas de negocios. Hay de todo”.
Este es el caso de la aceleradora Kruger con sede en Quito. Su director ejecutivo, David Paredes, explica que esta aceleradora de innovación abierta trabaja con las start-ups en soluciones digitales y después de validar la idea de negocios, se convierten en accionista de esa compañía. “Nosotros invertimos a cambio de acciones y mezclamos la tecnología que ellos tienen con la que nosotros tenemos y lanzamos productos en conjunto. Todos ganamos”.
Otra de las ventajas que existe en el mercado ecuatoriano, a decir de Paredes, es que el ecosistema en Ecuador es reciente y no hay mucha oferta y eso permite, que las star-ups de otros países vengan al país a validar sus productos.
“Si te vas a otros mercados la competencia es muy dura, pero aquí se replantean soluciones y eso les abre las puertas en otros mercados. Tenemos 3 proyectos que ya han salido del país con éxito y eso es un buen indicio. Muchas start-ups avanzan y necesitan entrar a la etapa de escalamiento que es el fin de todas. Expandir su marca”. (I)