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El Telégrafo
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Submission un desafío cuerpo a cuerpo

Submission un desafío cuerpo a cuerpo
14 de febrero de 2013 - 00:00

La música electrónica se escucha en un rincón del coliseo del Colegio Rubira, en  Salinas. No se trata de una fiesta. Es el ritmo que ambienta la primera etapa del Circuito Nacional de Submission o sometimiento, según la traducción al castellano.

Son aproximadamente las 10:00 de este sábado 9 de febrero. Unas 30 personas se encuentran en el lugar. Tres jóvenes miembros de la organización trapean el tatami,  la superficie de fómix donde se realizará la competencia.

Se siente un ambiente de camaradería, que aumenta cuando empiezan a llegar los competidores para inscribirse en los combates. Eligen los niveles novatos, intermedios y avanzados; también las categorías juveniles, adultos, máster y femenina. Todos se saludan, aunque sean de academias y escuelas diferentes.

Fernando Di Piero, fundador de la cadena brasileña Alliance en Ecuador, conocido entre los practicantes de este deporte como “Soluço”, camina de un lado al otro. Cuida que  todos los detalles para el inicio del torneo estén listos.

Entre tanto, su colega Carlos Chiluiza, del Team Sukata, recibe al equipo médico que solicitaron al Hospital de Salinas. La presencia de los paramédicos es imprescindible por si ocurre algún accidente durante las peleas.

Al mismo tiempo las chicas que representan al equipo The Factory instalan una mesa  para exhibir y vender productos relacionados con las artes marciales mixtas (MMA, por sus siglas en inglés) y al jiu jitsu brasileño, del que se “desprende” el submission. Soluço y Carlos Chiluiza esperan que más participantes se inscriban. Y la espera vale  la pena, ya que en menos de media hora el número de combatientes sube a 70.

Adolescentes y adultos empiezan a cambiarse de ropa y a calentar, mientras algunos padres de familia miran con curiosidad todo el ritual previo al torneo. El reloj marca las 11:00. Una de las integrantes del staff anuncia por altoparlantes las primeras peleas de la categoría juvenil novatos (desde 15 hasta 17 años) y la de adultos novatos (desde los 18 años).

Habilidad en la ejecución de las llaves, velocidad, estrategia y fuerza son las  características comunes entre los participantes. Independientemente de sus edades, es esto lo que hace que una lucha sea más interesante que otra.

Los combatientes pertenecen a distintas academias de Alliance en Guayaquil: Puerto Azul, Samborondón, Team Leo Iturralde, Católica, Raza, The Factory... A más de los locales, llegaron de otras ciudades como Cuenca, Quito y Galápagos. La academia  Maru Washi, pese a que se  especializa en Aikido, también llevó dos representantes.

Cada combate dura exactamente 5 minutos. Los entrenadores, representantes o compañeros apoyan al peleador que está sobre el tatami desde las esquinas, al igual  que sus colegas, que también gritan consignas a favor o en contra.

“Soluço”, quien hace de réferi, recorre el área de pelea. Observa cada movimiento o ventaja de los luchadores e indica a los organizadores cuál de ellos obtiene puntos por cada acierto. Estos se reflejan en un monitor colocado frente a los asistentes, para que conozcan los resultados.

Las luchas de la categoría juvenil y adulto intermedio empiezan una hora y media después de iniciado el torneo (12:30). El recinto se llena y son alrededor de 120 personas quienes observan los combates. Jóvenes bronceadas pasean en shorts y madres de familia con sus hijos se arriman a las rejas de metal  que separan las gradas del espacio de pelea. Todos siguen el paso a paso de sus allegados sobre la “arena”.

14-02-13-deportes-lucha02“Vamos, mueve tu cabeza hacia la derecha, sácala hacia el otro lado del brazo. Vamos que no te va a raspar”, grita  uno de los integrantes del equipo de Alliance Samborondón para  animar a Alejandro “Androide” Mayorga durante su primera pelea. ¿Qué es raspar? La respuesta la da Gino Delgado, uno de sus compañeros de equipo:  “Es lograr que el contrincante pase de una posición de dominante a otra de sometimiento, no importa  si se usa una llave o un derribo, simplemente es  controlar la situación”.

En medio de la emoción de las peleas, un robo a uno de los autos estacionados fuera del coliseo hace que la mitad de los espectadores salga, pero eso no interrumpe a los contrincantes. Pasa el susto del vidrio roto y las maletas sustraídas y los curiosos regresan a ver quiénes finalmente clasificarán a la categoría absolutos, que estaría conformada por los medallistas o ganadores de cada una de las divisiones.

Luego del incidente dos peleas llaman la atención. Carlos Chiluiza (padre), del Team Sukata, y Diego “La Guillotina” Maruri, de Alliance Samborondón, se enfrentan en la clase Master Intermedio Pesadísimos. Ambos, grandes y corpulentos, pasan de los 50 años, pero eso no resta ímpetu a sus técnicas. Luego de varios golpes y heridas,  Maruri gana el combate. Los jóvenes de esa academia lo ovacionan.

Una reacción parecida del público se origina cuando se enfrentan María Lozano, del Team The Factory, y Ariana Contreras, de Sukata. La expectativa crece porque se trata no solamente de dos  mujeres, sino por la diferencia de estatura y peso. Lozano pesa aproximadamente 80 kilogramos y Contreras 50. Lozano ronda los 20 años y  Contreras tiene 14.

Aunque los asistentes ya imaginan el resultado del combate, todos esperan ver sus estrategias. Cinco minutos después gana Lozano, resultado predecible. “Tengo 14 años y entreno desde abril del año pasado. Aunque mi madre me diga masoquista, me gusta. Mi primera pelea fue en noviembre y esta es la segunda. Sobre el enfrentamiento de ahora, sabía que ella ganaría, pero es que no hay muchas mujeres para competir y peor aún de mi peso”, expresa Ariana una vez repuesta del combate.

La tarde avanza y se esperan dos peleas más.  Alejandro “Niño Mono” Icaza (A. Samborondón) se enfrenta a John Gavilánez (The Factory). Icaza se destaca por su flexibilidad, que le hace merecedor del apodo, y Gavilánez por su serenidad. El otro es el de los Intermedios Medio Pesados. James Saa (A. Samborondón) y Christian Ulich  (Team Leo  Iturralde) sostienen un enfrentamiento parejo. “Hazle la guillotina, ¡dale!”, grita nuevamente Gino Delgado. Esta técnica de combate consiste en atrapar la cabeza del  contrincante bajo la axila y sujetarlo con el  brazo.  

Tres de la tarde y solo falta la competencia de los absolutos. Algunos ya se han ido y el réferi declara ganador al que se encuentra presente. Pocos combates se realizan, la mayoría se arregla entre los mismos competidores al más puro estilo cara o cruz.

Al final, novedades van y vienen. Andrés Panezo, de Alliance Galápagos, a pesar de perder la final de los Adultos Novatos frente a Danilo “Cafú” Coello, es ascendido por “Soluço” al nivel intermedio por su labor y empeño en el Archipiélago.

Androide, Niño Mono, Sebastián Guevara y Cafú son algunos de los clasificados de la primera etapa del torneo de submission de este año. Todos celebran, se insultan como solo los amigos saben hacerlo: se van a competir a Lima con el apoyo económico del premio del campeonato.

Familiares y amigos, todos se abrazan. Han ganado el cupo para enfrentar a la selección peruana. Ahora no es tiempo de kimuras, guillotinas, norte – sur, mataleón o raspar, solo hay que celebrar. Peleadores, luchadores, artistas marciales, o como quieran llamarlos, Ecuador ya tiene a sus representantes para el campeonato internacional.

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