Santiago Quintero no deja de hacer lo que le apasiona ningún día de la semana. Salvo uno para reponer energía, el resto los pasa en las montañas o dedicado a su entrenamiento para ascender a las 14 elevaciones de más de 8.000 msnm que existen.

Con su proyecto “Ecuador por todo lo alto”, el montañista busca inscribir su nombre entre las personas que han coronado todas esas elevaciones, pero  su mérito  es mayor porque en 2002 perdió la mitad de sus pies y tardó 5 años en recuperarse. Hoy tiene unas prótesis y contra el pronóstico de los médicos volvió a caminar y a escalar, que es su principal motivación.

Hasta el momento ha coronado 4 de las 14 montañas: el Broadpeak, el Makalu, el Cho Oyu y el Gasherbrum II. La intención es culminar el proyecto en 2017, por lo que subirá dos montañas por año, salvo este, en el que escalará  solo la Manaslu, en Nepal.

Para esa misión, Santiago ascenderá por la ruta norte de  Manaslu, llamada “ruta japonesa” utilizada por los primeros montañistas. “Subir a la cumbre es como sumar un Iliniza Sur y  tres Chimborazos. El desnivel es de 3.000 metros”.
Para su cometido se ha preparado intensamente. Alterna bicicleta y ascensiones al Cotopaxi y al Chimborazo. Cuida mucho cada paso, porque no considera necesario arriesgarse en extremo.

Sin embargo, para ascender a la quinta elevación lo hará con una herida en su pie que no cicatrizó bien. “Está monitoreada, pero hay riesgo de que se haga más grande o se infecte. Pero llevo conmigo un kit de emergencia para mantenerla controlada”.

La  Manaslu solo puede  escalarse en  otoño, entre septiembre y octubre. Antes estaba planificado ascender al K2, pero por la demora de entrega de recursos y la lesión se dejó esa montaña para una aventura posterior.

Las cuatro expediciones anteriores no estuvieron exentas de anécdotas y pequeños inconvenientes que tuvo que solucionar con algo de improvisación.  Por ejemplo, cuando subía por el Broadpeak, entre China y Pakistán, se le presentó una inflamación en su muela por un nervio y se llenó de pus.

Por coincidencia, llegó un dentista dentro de un grupo y le practicó una cirugía sin anestesia para solucionar el inconveniente.

En esa ocasión, Santiago caminó 22 horas, algo que nunca había realizado y cuando llegó no tenía sensación en sus pies, por lo que lo primero que se le vino a la mente era que  sus pies estaban congelados. 
Afortunadamente, eso no llegó a suceder.

“No sabía que era tan largo llegar a la montaña. Son 268 kiló metros de caminata para llegar a ella y me tomó cuatro días recuperarme para poder continuar con el ascenso”.

De las cuatro elevaciones que ha culminado hasta ahora, la más complicada fue la Gasherbrum II, en Pakistán,  porque la escaló con 2 compañeros más y ellos iban abriendo camino para el resto de montañistas que iban detrás.
“Se sintió diferente porque cargamos mucho, fijábamos cuerdas y abrimos la ruta. Fue la más sacrificada, pero logré llegar. Me costó dos intentos, porque en el primero temí perderme por una tormenta. En el segundo pude llegar a la cumbre”.

En su página web (www.santiagoquintero.com) Santiago mantiene un diario de expedición, en el que se actualiza la situación y sus anécdotas en cada travesía.

Además del equipaje normal que cualquier escalador debe llevar, hay elementos que Santiago incluye  para toda expedición: la bandera de Ecuador, un lobo de peluche colgado en su mochila y una foto de su esposa y su familia.
Nunca descuida esas pertenencias, pero su motivación  siempre será la montaña.

“Cuando perdí parte de mis pies tenía un impulso muy fuerte por volver a las montañas y una gran voluntad de intentarlo. La actitud siempre es darlo todo, porque, si no se vive así, ¿para qué vivir?  Todo lo que las personas pueden creer de sí mismas es lo más importante, aparte queda lo que otros creen de ti”.