Huairasinchi, una carrera con sello de exportación
La décima edición del Huairasinchi terminó el martes, luego de 4 días de una intensa competencia en que los deportistas extremos recorrieron las provincias de Pichincha, Cotopaxi y Santo Domingo de los Tsáchilas, sorteando una gran diversidad de terrenos y climas.
Un total de 27 equipos, de los 49 participantes, logró culminar la prueba. Varios de ellos, sin importarles el hecho de haber sido descalificados al fallar en ciertos tramos, continuaron hasta el final del trayecto de 409 km.
La ruta fue evaluada y trazada por la organización de la carrera con cinco meses de anticipación. Varios competidores coincidieron en que la parte más complicada la experimentaron en la altura de los Ilinizas, a 5.000 msnm. “De entrada la competencia fue muy dura y los equipos se distanciaron pronto. Por las condiciones se retiraron muchos tras hacer un gran esfuerzo. Es difícil quedar fuera el primer día, pienso que hubiera sido mejor equilibrar más este tramo”, comentó Olga García, capitana del equipo colombiano Karen’s Aventura Briko.
Ellos llegaron de Cali, a 900 msnm, y no tuvieron un entrenamiento en altura. La organización reveló la ruta un día antes de la competencia, pero antes recomendó practicar en zonas altas, porque el trayecto tendría recorridos por esos sectores.
“Fue una carrera muy técnica y dura, por las condiciones que se vivieron. Los dos primeros días estuvimos a mucha altura y vimos unos paisajes muy hermosos. Yo califico a esta competencia como excelente, de un gran nivel”, expresó García.
Desde 2009, el Huairasinchi forma parte del circuito de competencias de la organización Adventure Racing, que tiene carreras en varias partes del mundo, como EE.UU., España, Finlandia, Suiza, Argentina, Inglaterra o Costa Rica.
Eso le dio al torneo una mayor relevancia fuera del país. “Después de esta edición, sentimos que el Huairasinchi se consolidó a nivel internacional. Los participantes estuvieron a la altura, por la gran exigencia de la ruta”, dijo Santiago López, director de la carrera.
Otro deportista que coincidió con que la competencia fue muy fuerte en la primera parte, fue el canadiense Bob Miller, del equipo Tecnu, de EE.UU.: “En la montaña se nos hizo muy difícil la travesía porque cada vez íbamos ganando más altura y eso nos complicó”.
Juan Pablo Peñaherrera, quien ayudó con el abasto para los franceses de Lafuma, indicó que el Huairasinchi se caracteriza, precisamente, por ser una competencia de altura. “Siempre están innovando con las rutas y me parece que eso llama la atención de los extranjeros. El hecho de que se desarrolle en la altura les gusta, pues prueban que pueden rendir en condiciones distintas a las que están acostumbrados”.
El apoyo de las comunidades por las que pasó la prueba fue vital para la organización, pues respaldaron a los atletas, inclusive poniendo a su disposición propiedades privadas.
“La gente siempre estuvo presta para ayudarnos, especialmente en Sigchos, Santo Domingo y Aloasí, entre los trayectos más importantes. La comunidad estuvo involucrada; y eso es importante para promocionar al país, tanto a nivel nacional como internacional”, afirmó López.
Piedra de Vapor, recinto ubicado en Puerto Quito, recibió a los deportistas en la última etapa del Huairasinchi. Los residentes del lugar se mostraron complacidos por la visita. “Es importante que tengamos este evento por acá para que la gente nos conozca”, señaló Juan Vásquez, un sonriente morador.
Una de las normas para los competidores y los grupos de abasto era que no podían dejar rastros de basura. Si se encontraban desechos en un lugar no apropiado, el equipo era penalizado con 2 horas.
La organización ya está analizando lo que será la ruta para la edición de 2013, después de la experiencia acumulada en las 10 válidas anteriores. Una vez más, se revelará el trayecto un día antes de iniciar la competencia. Los deportistas extranjeros regresaron a sus países de origen, los nacionales retomaron sus actividades normales; eso sí, sin descuidar los entrenamientos.