Francesca, entre los libros y los karts
No ha cambiado mucho la rutina diaria de la piloto Francesca Cozzaglio, luego de haber logrado su clasificación para el Campeonato Mundial de Karting en Abu Dhabi, Emiratos Árabes, programado para la segunda quincena de noviembre, aunque todavía no acaba de digerir la responsabilidad que implica una participación de esa naturaleza.
Tan pronto retornó al país, luego de haberse proclamado campeona del certamen “llanero” en la división Junior, dejando en el camino a pilotos del patio que desarrollan su actividad en otros países, volvió a sus tareas estudiantiles para juntarse con sus compañeras y amigas.
Trata de pasar inadvertida en el interior del establecimiento educativo, el colegio Albert Einstein; es la misma Francesca de años pasados, que comparte bromas y disfruta de los recreos, en donde se entera de las últimas ocurrencias del grupo, además de chatear con ellas en sus móviles BlackBerry de última generación.
La mayoría de compañeros y compañeras de Francesca no se había enterado del éxito alcanzado por la piloto quiteña de 16 años, el pasado fin de semana, en Venezuela; una de sus profesoras manifestó que es un tanto reservada y no le gusta presumir cuando compite dentro o fuera del país.
FANÁTICO visitó las instalaciones del colegio, aprovechando el segundo recreo, para dialogar con la deportista y autoridades del establecimiento educativo. Cuando el reportero gráfico de este diario, Fernando Sandoval, trataba de captar a Francesca con sus amigas en su contexto colegial, el ambiente se tornó mucho más movido.
Los comentarios y miradas de los grupos que ocupaban las mesas del comedor en donde se sirven el almuerzo se centraron en la figura de la esbelta kartista, que departía con sus amigas de aula.
Las autoridades del colegio manifestaron que se sienten orgullosas de contar con alumnos que sobresalen, tanto en el campo académico como en el deportivo.
“Francesca, además de destacarse en esta área (deporte), es una excelente alumna, lo cual nos llena de felicidad. Ella es un ser humano que ha logrado un balance entre esas dos áreas a veces tan complicadas de combinar. Acá manejamos un bachillerato internacional, pero ella se alcanza para poder asumir eso y otras exigencias, como competencias con chicos de distintos países del mundo, todo al mismo tiempo”, sostiene Jacqueline de Urresta, directora de la secundaria.
No hay inconvenientes cuando la piloto debe salir del país para competir, pues el fluido diálogo con sus padres permite conocer de antemano el cronograma de participaciones y el apoyo del colegio es inmediato, con el envío de tareas a través de correo electrónico o concediéndole un plazo mayor, según se pudo conocer.
“Ella realiza un gran esfuerzo para igualarse cuando regresa, pero ella lo ha asumido de una manera seria y tratamos de apoyarla de la mejor manera”, afirma la educadora.
La mañana y tarde transcurre bajo un día soleado. Socialmente, Francesca tiene gran aceptación en su curso e inclusive ha formado parte de la directiva, así como en el consejo estudiantil, de ahí que su presencia es bien recibida en la comunidad colegial y a simple vista goza de un marcado aprecio.
El recreo es el momento propicio para reuniones de las colegialas, se gastan muchas bromas y la risa es la mejor respuesta.
Juana Julia Cabezas, quien forma parte del grupo que integra Francesca y demás compañeras, decide hablar un poco de cómo es la piloto. “Es una muy buena amiga, pese a sus competencias, siempre está contigo en las buenas y en las malas; además, tiene mucho valor, porque igualarse en todo, cada vez que ella retorna de sus viajes es algo admirable; ella es muy dedicada”, anota.
En la reunión no se escapan los temas sentimentales. A Francesca le molestan en un coro de voces el hecho de tener novio y la respuesta no se hizo esperar... un “no seeé” y las risas espontáneas de sus interlocutoras dejaron espacio para la aceptación, aunque no reveló el nombre de su enamorado.
En el seno familiar existe mucha felicidad por los éxitos logrados y sus padres la retribuyen brindándole todo el apoyo que requiere. Su hermano mayor, Piero, es el más feliz porque fue el “culpable” de que su hermana se interesara en el karting, tras haberle obsequiado la máquina en la que compitió hasta pasar a otra categoría.
Francesca desea aprovechar el tiempo para entrenar y probar el chasis (Birel) que se va a usar en el mundial de Rotax, pero confiesa que tiene nervios porque competirá con los mejores pilotos del mundo.