Cabrera se prepara para evolucionar de “Mito” a leyenda
Jaime Cabrera es un joven piloto de karting que ansía correr en la Fórmula 1. Su primer paso lo dio el fin de semana último durante el Campeonato Provincial efectuado en Guayaquil, en el que se ubicó segundo en la categoría promocional.
A pesar de sus 13 años, “Jaimito” no le tiene miedo a subirse a un auto que va hasta 120 km por hora. Incluso, su aprecio al deporte motor le permite pasar más tiempo con sus familiares, ya que tiene cuatro primos que también son kartistas.
“Me siento muy contento con lo que hago; ya que esta disciplina se ha convertido en una tradición familiar”, señaló el joven piloto.
Este provincial marcó el debut de Jaime en su camino a convertirse en profesional. “Me adjudiqué la manga inicial, lamentablemente en la segunda (Jaime) Macías -por su experiencia- me arrebató el oro. Sin embargo, considero positiva mi primera competencia, ya que me ubique detrás del mejor en mi categoría”, indicó “Jaimito”.
Antes de dedicarse por completo al karting, Cabrera jugaba fútbol como la mayoría de los jóvenes lo hacen en el país; pero las palabras de su primo Esteban (30 años) lo convencieron para que se sentara frente a un volante y sintiera la velocidad del viento en su rostro. “Cuando Esteban me contó del karting me encanto, por lo que le dije a mi papá que quería correr y él no se opuso”.
Los gastos que conllevan practicar esta diciplina son elevados. El auto tiene un costo aproximado de $ 7.500; y se le deben sumar 480 del casco, 120 de los zapatos, 140 del overol no inflamable, 80 de los guantes y 40 de un protector de costillas.
“Conducir un ‘kart’ requiere de gran inversión, además de tiempo para ensayar. Lastimosamente en el kartódromo de Guayaquil no podemos entrenar todos los días, porque allí funciona una escuela de conducción. Solo corremos los viernes y los fines de semana”, indicó Cabrera.
Además de Esteban, el ejemplo de esta familia kartista al haber sido el primero en conducir, está su primo Juan, de 24 años, quien lo acompaña en las pruebas de la categoría expertos. Luego vienen sus otros familiares, Fausto Cabrera y Pablo Baculima, de 15 y 14 años, respectivamente. Ellos son los dos últimos integrantes del clan.
“Si mis primos podían, por que yo no. Por eso me metí en el karting”, confesó Fausto, quien apenas lleva dos semanas entrenando y ya se subió al ‘kart’ para participar en su primer provincial. Lo curioso de los kartistas, es que por su bajo peso, que no superan las 150 libras, tienen que complementar el volumen total requerido para la competencia, que son 350 libras, por cuestión de estabilidad. Para ello, recurren a lingotes de plomo.
“Son casi 200 libras las que colocamos en los coches para obtener el peso ideal y poder competir”, dijo Jaime, quien aseguró no sentirse muy incómodo por el cinturón de plomo que lleva en su abdomen.
Al menor de los Cabrera, sus familiares lo apodan “Mito”, una especie de diminutivo de Jaime; pero el piloto indicó que ese sobrenombre lo desea tomar con su segundo sentido. El desea pasar de “Mito” a leyenda en el karting mundial.
“Mi objetivo es correr fuera del país, por eso me preparo junto con mi cuñado, Juan Pablo Toro, quien hace las veces de mecánico, ayudante, director técnico..., pero, sobre todo, de amigo”, apuntó “Jaimito”.
En cuanto al tiempo que hacen los Cabrera por vuelta, el piloto confesó que el mejor ‘crono’ lo tiene él: 40,6 segundos. “El resto no baja de los 42 seg. -al menos por ahora-, yo ya lo hice hace un mes”, relató orgulloso de su marca, “Jaimito”, quien ni bien terminó el provincial lanzó: “¿cuándo es la otra carrera?”.
Al consultarles a los Cabrera, sobre si alguno de sus padres fue deportista, estos contestaron en coro: “¡No, ni bolicha (jugaban)!”.