El Grupo Planeta, como la mayoría de las editoriales que concede premios literarios, prosigue con la moda de premiar a autores de la casa. En esta ocasión, el 72º premio Nadal le fue otorgado a Víctor del Árbol (Barcelona, 1968 - foto), exseminarista, ex mosso d’esquadra que se destapó con La tristeza del samurái y que dio el salto internacional con Un millón de gotas, que obtuvo el año anterior, en Francia, Le Gran Prix de Littèrature Policière 2015 y el premio Lire a la mejor novela policíaca traducida.

La novela elegida se titula La víspera de casi todo. Según la editorial que convoca el galardón, Destino, la protagonista, Paola, es una mujer de clase alta que huye de su pasado. Su fuga la lleva a detenerse en un pueblo de Costa da Morte, en Galicia. Allí se dan cita una serie de personajes que también huyen de un pasado demasiado presente del que no pueden escapar.

Quienes han leído la obra dicen que sigue los esquemas tradicionales del autor: profundidad psicológica, fuerte intensidad emocional, grandes pasiones, tormentas sentimentales que desbordan y perturban, todo ello en un formato que, aunque da protagonismo a Paola, los demás personajes compiten con su presencia en la narración, pues considera que los personajes son más importantes que la historia que se cuenta.

Se trata, en suma, de un thriller, pero no solo un thriller, etiqueta en la que el autor no se siente cómodo. La novela avanza y retrocede con flash-backs de los protagonistas, un tiempo concéntrico en el que los destinos de diversas personas se cruzan en el tiempo. Un tiempo meticuloso, como el autor, que escribe a mano, y a quien la crítica francesa ha definido como un estilista del dolor. La memoria y las trampas de la memoria son una constante en los enigmas que plantea el autor. (I)