Un “papelón chateado” con Leopoldo Brizuela
Le decía -vía Skype- a Leopoldo Brizuela, Premio Alfaguara de Novela 2012, con “Una misma noche”, que diario El País hizo notar que en los últimos premiados hay una recurrencia temática: coqueteos con la narconovela, evocaciones a dictaduras, etc. ¿Se siente Brizuela parte de una generación signada por la herencia de la violencia? La señal de conexión era pésima, así que decidimos aceptarnos como amigos de Facebook y la entrevista siguió así:
La respuesta es sencilla. / No puedo responder por Alfaguara, por qué eligen una novela para premiarla. / O una serie de novelas. / Yo no escribí una novela para ganar un premio / Ni consulté si lo que iba a escribir es lo correcto, lo más útil, etc. / Ese tipo de cosas no se me cruzan por la cabeza / Escribí lo que era mi más profundo deseo. / Si a alguien le parece que eso no debe escribirse, está en su derecho. / Pero escribo lo que puedo. Esa es mi única obligación y lo que me encanta.
¿Cree que pertenece a una generación de la memoria?
Es que no soy un crítico ni un sociólogo de la literatura ni un especialista como para trazar un panorama de mi generación, mucho menos en Latinoamérica. / Y creo que todo es más simple, como te decía. / Todas las generaciones son generaciones de la memoria. / Asociar la memoria simplemente a la dictadura, y a una reivindicación de algo relacionado con la dictadura, es un error. La memoria cuestionada es la memoria de la dictadura, vamos. / Pero por qué tendríamos que dejar de recordar nuestra propia vida, simplemente porque transcurrió en esa época? / A todo el mundo le parecería una barbaridad decirle a proust: ¿hasta cuándo vas a recordar tu infancia? / Hasta el tomo 7, podría haberse excusado proust. / Pero si quería seguir, tenía todo el derecho, no? Jajaja. / Las preguntas contra las novelas de la dictadura revelan mucho más de quienes las hacen que de la literatura en sí. / Porque una última cosa: yo no me propuse algo tan abstracto y ampuloso como “escribir una novela de la dictadura”. / Ninguna novela sale de algo así. / Uno tiene un personaje, una historia, traza su destino y bueno... es que me tienen podrido con la misma pregunta / podrido!! / por qué otra novela sobre la dictadura? pareciera que está prohibido!!!
Concibió la historia como un alfabeto, ¿cómo obtener un lenguaje?
Exactamente. / El narrador siente que para su vivencia, para la memoria de su vivencia, que todavía no había sido contada, no le sirve el lenguaje habitual. / Ni la manera de contar historias. / El proceso que cuento es el de la lenta invención de un lenguaje más apropiado.
Siento que hay mucho del personaje principal Leonardo Bazán en Leopoldo Brizuela, ¿no?
Es el viejo propósito de la poesía verdadera, de ahí la página negra al final. / Uno cree en cada novela que va a decirlo todo, y al final comprende que quedó fuera lo más importante. / Es como una frustración pero también una promesa: de ese silencio se ocupará la nueva novela. / ah no te contesto la del porcentaje de Brizuela en Bazán? Yo tenía la fórmula precisa!!! 42,5 por ciento!!!
¿Se ha apropiado de los espacios que relata en su novela?
No estoy seguro de entender. perdón / (igual es divertido este tiroteo).
También aprendo a divertirme entrevistando por chat
Menos mal porque la pregunta de EL PAIS era para dormir a cualquiera, / jajaja.
La ESMA hoy es un centro cultural, símbolo de reapropiación de espacios. ¿Cómo siente hoy los espacios de su niñez y juventud?
El espacio que más me interesó construir, o mejor, convertir en espacio literario es el de mi ciudad, la Plata / capital de provincia que, como es obvio, detesté toda mi vida, pero al que muchos empezamos a descubrir en su potencia narrativa. / Sucede que es una ciudad inventada hasta en sus últimos detalles sobre un tablero. / Hacia 1880 / para ser la ciudad perfecta, / según las concepciones de época: cuadrado perfecto dividido en cuadraditos perfectos, con una plaza cada seis calles, / un árbol cada seis metros, etc. / Lo increíble es que casi cien años después ese paraíso de la ciencia parece todo lo contrario, / un canil, un alambrado, un plano de operaciones / yo quise potenciar esas posibilidades del espacio restringiéndome a uno o dos o tres cuadraditos y metiendo ahí una variedad de personajes arquetípicos.
También cita música, Mr. Jones, me recordó a “La noche de los lápices”. ¿Hay una banda sonora para esos episodios que podrían ser sui géneris?
Bueno, quizás, sí. Aunque respondiendo a la pregunta sobre el porcentaje de Bazán en Brizuela, hay el sentimiento de las dos épocas y ese sentimiento es piazzola puro.
¿Cómo fue la experiencia de fraguar su novela en tiempos en que Astiz y Donda, represores de la ESMA, eran llevados a juicio y luego apresados?
Bueno, yo desde mucho tiempo atrás de concebir siquiera esta novela quería escribir un relato en que un personaje recordara muchas veces una misma escena, cada vez de una forma diferente de acuerdo con datos del pasado que el presente le tirara a la cara, / ese presente donde se juzga a los militares me vino como anillo al dedo / el protagonista va recordando cada vez mejor la escena gracias a que la realidad le revela secretos de esa época en los juicios, los testimonios de los presos, etc. / yo casi no investigué nada / encendía un televisor y me encontraba con lo que otros habían investigado / y lo aprovechaba / muy entusiasmado / un experimento muy apasionante.
La voz narrativa, esa primera persona, está tan ligada a los hechos que me remitió a una autobiografía. ¿Es también 42,5% una autobiografía?
Jajaja… noto que el chat me vuelve muy valiente así que te voy a retar / porque en vivo no puedo jamás: 1) Si usted supone que yo enmascaré una verdad con ropajes de ficción / ¿Qué le hace suponer que alegremente la desnudaría a la primera de cambio? 2) Deberíamos preguntarnos por qué consideramos la revelación de un dato biográfico como un valor per se. / Hay un evidente voyerismo de época, que viene de no sé donde, y que equipara la literatura con el Facebook / con los programas de chismes de la televisión, etc. /.
Jajaja… no usaría la palabra “enmascarar”. Siento que la narración está bañada en una sensibilidad que muestra al autor como personaje principal... ¿me equivoco?
Mirá lo que sí te puedo decir es que hay muy poco de autobiográfico pero mucho de real / las anécdotas, los recuerdos son todos reales pero no les pasaron a esos personajes, que son inventados / construí personajes de ficción mezclando elementos reales, / no es ninguna novedad / ¡mirá la tontería que me hacés afirmar solo por comportarte como la viejita de Fashion Police! jajaja.
Jajajaja, bueno, ¡me está destrozando! Va algo que me sorprendió... Macedonio Fernández, ¿nazi?
No, creo que fue Xul Solar / Pero el personaje vacila y le metí Macedonio / pero igual no sería extraño, / no importa / igual si vas a esa época te llevas cada sorpresa / hacemos una última pregunta / así te pego un último bofetón y me voy a descansar? ¡¡¡Estoy desde las cuatro de la mañana en pie y todavía tengo que presentar esta condenada novela!!!
Sí, seguro: usted hace a través de Leonardo, alusiones a que escribir es como confesar la culpa de todos, de los mayores, como si escribiendo se hiciera terapia... ¿la haces usted con “Una misma noche”?
Ahí va el bofetón, ya me está gustando! / Jajaja / no es una terapia / no es una catarsis / es una exploración / pero eso de confesar la culpa / tampoco se parece a una terapia sino a la confesión con un cura / mirá, la verdad es que no creo que la literatura pueda hacer tanto como me dicen / ni exorcizar / ni curar heridas / ni nada de eso / lo único que te permite es convivir mejor con un recuerdo / más civilizadamente, / sin estar en permanente batalla / sin que el recuerdo, por callado, te domine y haga de vos lo que quiera.
Eso sigue sonando terapéutico
Si vos lo decís y estás empeñado en encontrar solo lo que buscás / dale nomás / decilo / pero yo tendría que saber qué es una terapia.
¡bofetón!