Un Madrid diferente, retratado con una cámara tradicional
El fotógrafo madrileño Fernando Manso recorrió, durante dos meses, su ciudad natal y alrededores para “documentar, estudiar sitios y estudiar luces” y le tomó un año y medio tomar las fotografías que se exponen en el Claustro San Agustín de Bogotá desde esta semana.
“Llegar a Venecia o Florencia y retratarlas es muy fácil, Madrid en cambio me ha costado mucho tiempo porque buscaba unas luces especiales y sitios inéditos”, explicó.
El fotógrafo que se aleja “mientras pueda” del mundo digital, utilizó su vieja cámara “Ebony” de gran formato para acercarse a lugares como el histórico Parque del Retiro para esperar el momento exacto en que las nubes se abrieran y la luz fuera la ideal para disparar y aguantar los segundos exactos, los que le otorgan a sus fotografías una sensación de movimiento incluso a través del viento y la niebla.
El resultado es un Madrid bucólico e inédito, como explicó Manso en una entrevista con EFE, “la otra cara de la moneda” al Madrid “agresivo, sucio y denso” con el que el ciudadano común convive cada día pero no se detiene a conocer.