Un Egipto convulsionado es el escenario de “Sin entrañas”
Un asesinato, un ritual faraónico y quince sospechosos en un crucero de lujo por el Nilo. Este argumento recordaría a Agatha Christie, pero es de “Sin entrañas”, la nueva novela de la escritora y periodista Maruja Torres, que rinde homenaje en clave paródica a la reina del crimen.
Y es que Maruja Torres quiso que su última novela, la segunda de su serie policiaca -que comenzó con “Fácil de matar” (2011), con la reportera retirada y metida a investigadora Diana Dial, su álter ego, como protagonista-, sirva de recordatorio de su admirada Agatha Christie y de su amigo el escritor catalán, ya fallecido, Terenci Moix.
“Además -dice- es un homenaje a la sufrida clase media baja de Egipto que impulsó la revuelta de Tahrir”.
Así lo explicó la escritora y periodista enamorada del mundo árabe, donde tantas veces estuvo y cubrió guerras y revueltas.
“En 2009, cuando yo sitúo la novela -dijo-, todavía estaba Mubarak, y de hecho hay varios componentes de esa época en el libro”, como un reconocido arqueólogo (muy parecido al famoso egiptólogo Zahi Hawass) al que le acompaña su última amante, “un putoncillo francés que hace como que busca los restos de Cleopatra”.
“Los motivos por los que vino la revolución después, existían -continúa-. Yo me preguntaba antes por qué los jóvenes, que estaban sin trabajo, parados en la calle, no se unían y se rebelaban, y ocurrió, pero el resultado es dudoso, faltan años, una asignatura pendiente que es el laicismo, como en todo el mundo árabe, y un cambio en el concepto de familia como célula inexorable”.
“Hay que ayudarles -recalca-, porque la gente tiene que comer, y ahora el turismo, su principal fuente de ingresos, ha caído”. Unas palabras que explican su deseo de que “Sin entrañas”, publicado en España y América Latina por Planeta, fuera presentado en El Cairo, la ciudad que nunca duerme y donde la miseria y la pobreza se cruzan con la riqueza de una minoría y con la belleza de su misteriosa historia.