Al darse cuenta de que tenía varios relatos inéditos que podían ser compatibles en temáticas, el gestor cultural Rodolfo Salazar Ledesma los reelaboró para concebir un contenido alrededor del tema de Guayaquil y los unió con textos creados hace apenas unos 6 meses y, así, publicó su libro “Mis zapatos, venus, el sol y otros escritos de la noche”.

El volumen lo imprime Offset Graba -500 ejemplares- y se vendió a $ 5 la noche de la presentación, el 13 de junio, ante unas 70 personas, y en las librerías costará $ 8 según el porcentaje que retienen.

Basado en la frase de Eduardo Galeano de que uno es un contrabandista de diversos géneros, Salazar ha concebido un libro con 70 páginas y 25 relatos, la mayoría en prosa con elementos de poesía, en un proceso intenso de dos meses.

Sus asociaciones nutren su trabajo investigativo, de gestor cultural, y enriquecen sus proyectos futuros, como una posible presentación de su libro en Quito, una exposición de fotografías de Lorena Cordero en Guayaquil y algún evento académico sobre la importancia cultural y política de Barack Obama.

En Cuenca, de donde es su familia paterna, su abuela fue parvularia, escritora y pianista y próximamente será homenajeada al llevar una calle su nombre, tiempo para el que Salazar Ledesma espera presentar su libro en la “Atenas del Ecuador”.

Contó con el apoyo del escritor guayaquileño Hipólito Alvarado para la corrección de estilo y la fotógrafa y pintora Sandra Beraha, radicada en Quito, quien diseñó la portada y tomó la fotografía del autor que aparece en el interior del libro, además de participar en el acto de presentación en el Centro Cultural Libertador Simón Bolívar.

El título extenso es una combinación de una serie de gambetas, el juego bonito que describen los brasileños, los zapatos como algo propio y el rubro más importante en cuanto al diseño y la vestimenta; Venus por los zapatos nacionales, el planeta hermano de la Tierra y la diosa romana del amor; el sol representa mucho a Guayaquil y la noche porque todo artista se inclina hacia la reflexión, la intimidad y para crear.

Sobre su actual libro ha dicho que hay vinculaciones con el estilo del grupo Sicoseo, al que perteneció su padre, Hugo Salazar Tamariz; además de que abarca textos similares a las greguerías -expresiones de ideas complejas en pocas palabras, a las que alguien comparó con burbujas por su dudosa perdurabilidad- que creara Ramón Gómez de la Serna.