Quito es la sede de "Concierto sin fronteras" para combatir a la xenofobia
Más de sesenta jóvenes de cuatro países juntarán mañana, jueves 28 de marzo, su música en la segunda edición del "Concierto sin fronteras" a fin de luchar contra la xenofobia y para recaudar fondos para ayudar a migrantes en situación de vulnerabilidad, entre ellos venezolanos.
Los organizadores del concierto consideran que en la migración figuran varias facetas y una de ellas es el intercambio cultural, "que llama a las personas a articularse para aprovechar las virtudes y aptitudes que cada una posee".
Por ello, la Orquesta Joven del Ecuador, bajo la dirección del maestro brasileño Diego Carneiro, ofrecerá en el colegio Alemán de Quito, un concierto en el que, además, estrenarán a la Orquesta Infantil, fruto del programa de integración "Música como Refugio".
"Ofrecemos un repertorio especial, popular, clásico, lleno de pasión, lleno de integración", señaló Carniero sobre el concierto en el que se escuchará música de compositores como Wolfgang Amadeus Mozart, Johann Sebastian Bach, Astor Piazzolla y Marc-Antoine Charpentier, entre otros.
El concierto tendrá lugar el mismo día en que Ecuador acoge la II Reunión de Contacto sobre la situación de Venezuela, del denominado Grupo Internacional de Contacto (GIC), integrado por una docena de países americanos y de la Unión Europea, tras el primer encuentro celebrado en febrero en Montevideo.
La cita musical se desarrollará luego del concierto efectuado en diciembre pasado en la frontera ecuatoriano-colombiana con la participación de 45 músicos de Ecuador, Venezuela, Colombia y Brasil.
Decenas de migrantes venezolanos que llegaban entonces a Ecuador en busca de mejores condiciones de vida en el país o en tránsito hacia el sur del continente, presenciaron entonces el concierto de los jóvenes en el que, además, se repartió ayuda humanitaria.
A sus 10 años, el violonchelista venezolano Atzel Rodríguez es el más joven del grupo, y el mayor, su compatriota Alex Durán (30), quien toca el Cuatro, una guitarra típica de su país.
En diciembre, los músicos sorprendieron en el límite fronterizo a los agotados venezolanos que hacían largas filas en migración para regularizar sus documentos.
Se mezclaron entonces con la multitud migrante y estalló la alegría al escuchar la música llanera y otros ritmos.
Pronto, músicos y migrantes se conectaron en un solo sentir: la música "como un vehículo de amor y esperanza para que sigan su largo y cansado camino", recuerdan los organizadores.
"Por eso somos músicos, estamos para alimentar el alma de la gente, darle alegría", dijo Carneiro tras ese concierto.
Según datos de la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en los últimos años 3,2 millones de venezolanos abandonaron su país y de estos unos 2,6 millones permanecen en América Latina.
Se calcula que alrededor de un millón de venezolanos han pasado por Ecuador, de los que se han quedado entre 230 mil y 250 mil. (I)