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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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La segunda edición del Wankabeats dejó los ánimos elevados

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“La ley de la selva es que hay que hacerse más cuchi chuchi, esta jornada dedicada al amor es todo lo que necesita el mundo como decían los Beatles All you need is love. Así que bésense, abrácense, desen cariño”, dijo el Chulius, Julio Briceño, vocalista de la banda venezolana Los Amigos Invisibles, durante su performance, en la segunda edición del Wankabeats, en el Parque Samanes, porque la música siempre es una buena estrategia para unir fisuras.

Y a pesar de que muy pocos le hicieron caso a Briceño todos bailaron con los ojos cerrados cuchi, cuchi, cuchi baby como una buena parte de las canciones de las ocho propuestas musicales del continente que llegaron a esta edición. El público estuvo extasiado, animado y –en la mayoría– de los casos ebrio, a pesar de que, como diría uno de los usuarios, “la fila para comprar cerveza era más larga que la del banco en quincena”.

Los ánimos se fusionaron con la música en tonos de reggae, funk, jazz, soul, tropical. Los intérpretes se fundieron en un contraluz en el que el audiovisual se volvió casi hipnotizante e hizo que la gente bailara sobre las mesas, mientras el intercambio entre bandas que nunca habían estado juntas en escena se hizo ley.

Shalom Mendieta que había inaugurado el encuentro con su propuesta musical, que va de la balada al bossa nova, cantó con Briceño “Viviré para ti”, un tema que en el disco acústico de los Amigos Invisibles tiene la voz de la mexicana Nathalia Lafourcade.

Shalom se quedó para cantar “Espérame”, esa canción compuesta por Elastic Bond, y que a pesar de su letra romántica, la banda se encarga de dejar claro su interpretación en el estribillo: Espérame, espérame (manos arriba), vamos a hacer, vamos a hacer (brazos hacia adentro y cadera hacia afuera), cosas que no, cosas que no vas a olvidar (estrellas con las manos). Porque no hay nada más universal en el doble sentido latinoamericano que lo sexual.

Cuando aún la gente no necesitaba moverse más para acabar con el frío, el colombiano Esteman invitó al escenario a Vinu, el vocalista de Cadáver Exquisito. Y un poco más tarde, Rawayana, la otra banda venezolana que encabezó el cartel de esta edición invocó la voz de la guayaquileña Luz Pinos y para cerrar su propuesta reggae cultura profética cantaron con el colombiano Esteman la versión en español de “Without you”.

Los Rawayana empezaron con los ánimos muy elevados y así “entraron en confianza” hasta fusionar la propuesta con algo más íntimo. Su fanaticada estaba en la delantera del campus Samanes para levantar banderas de Venezuela.

La banda dedicó dos de las últimas canciones que interpretaron a Los Amigos Invisibles, que según Beto Montenegro, el vocalista de la Rawayana, tuvo gran influencia en su trabajo. “Sin ellos yo no haría música”, dijo antes de interpretar los temas No significa y Funky Fiesta. El primer tema lo grabaron con uno de los exintegrantes originales de los Amigos y el segundo es una canción al estilo de sus predecesores.

Como el año pasado, el Wankabeats promovió un encuentro entre dos bandas comunes. En la primera edición fueron las colombianas Monsieur Periné y Bomba Estéreo. Ahora, las dos bandas venezolanas, que como cientos de sus compatriotas transitan fuera de su país, compartieron por primera vez un escenario.

Los Rawayana se pusieron un poco “darks” y filtraron su propuesta política en la fiesta, con canciones como “Tucacas”, porque aunque se baila es un ejercicio contra la indiferencia. “Pero aquí nada está mal, no te dejes engañar/ el martillo vive más no tiene que trabajar / y la súper inflación es un mito del pez globo”.

Los Amigos Invisibles, uno de los favoritos del encuentro, llegaron a tomarse toda la energía acumulada con una propuesta que fue entre lo dj y rockstar, porque la música nunca para y porque los amigos demostraron que “la gozadera” no envejece, sino que se pone mejor a pesar de que, como diría Briceño, “lo loco que está el mundo, pero no vamos a entrar en detalles”.

Antes de cada canción de Los Amigos hubo clásicos de todos los tiempos, de Michael Jackson, Queen a Juan Gabriel. Las 4.000 personas que llegaron al festival las corearon todas hasta el final y le siguieron el juego a Briceño con "el catire" José Rafael Torres, en el bajo; la batería clave de Juan Manuel Roura, la guitarra de Daniel Saa y los teclados de Agustín Espina. Los amigos invisibles con tres de sus integrantes originales ausentes están demostrando que hay “gozadera” para largo.

Este año el Wankabeats tuvo el doble de asistentes del año pasado con un número de bandas similar. Los ánimos del festival quedaron muy elevados después de esta segunda edición de encuentros. (I) et

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