El plan cultural de Yunda busca atraer turistas a Quito
El alcalde electo de la capital, Jorge Yunda, incluyó en su plan de campaña el proyecto “Quito mueve a la cultura”, en que se anuncia la realización de actividades culturales cada semana.
“Veo un Centro Histórico apagado, grafiteado, con basura y focos de delincuencia graves”, había dicho un mes antes de las elecciones. Y, el lunes pasado, ratificó en rueda de prensa que su gestión priorizará la seguridad.
Pero no solo ha relacionado el fomento cultural con este tema, sino, especialmente, con el turismo. “Atraer a cuatro millones de visitantes al año (actualmente llegan 700.000) y que Quito tenga una vida nocturna segura, una modernidad en que haya buen transporte público”, es otro de sus objetivos.
Que eliminaría la “hora zanahoria”, dijo Yunda -que obtuvo el 21,38% de los votos- en una entrevista difundida por los medios La Barra Espaciadora (digital) y La Noche Boca Arriba (radio).
En cuanto a los fondos concursables que entrega el Municipio, explicó que “destinará la parte del presupuesto (que se invierte en publicidad) para incentivar el trabajo de los artistas”.
“En lugar de gastar $ 90 millones al año en la promoción del Alcalde, invertiremos esos recursos en cultura. Esa será mi propuesta para el Concejo Metropolitano”.
Mientras explicó su plan de gobierno, también soltó una meta insólita: “Tenemos la posibilidad de hacer un ‘Disney quiteño’, ahí tendremos música, danza, pintura, artes plásticas y la expresión artística milenaria”.
Riesgos de un plan ambicioso
Pese a que el político -conocido como “Loro Homero” en el mundo del espectáculo- aclaró que hablar de Disney es más una “analogía” para sus electores que una forma de importar ideas o servicios culturales de Estados Unidos, la propuesta puede interpretarse de distintas maneras.
Para la economista Gabriela Montalvo, la idea de hacer un “Disney quiteño” en el centro puede provocar comentarios favorables si se toma en cuenta la planificación urbana del centro de entretenimientos en Orlando, Florida; pero se trata de una compañía enmarcada en el espectáculo de masas, en el diseño de ciudad empresarial.
“Hay que pensar si los problemas de pobreza y marginalidad urbana se pueden resolver desde el enfoque corporativo, con la industria cultural como centro”, menciona la especialista en cultura.
La planificación de un parque de diversiones y un tranvía en el Centro Histórico -declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1978- también conlleva otros riesgos. “Habría una afectación del patrimonio arquitectónico”, considera Montalvo.
“La peatonalización cambiaría la lógica de movilidad y comercial que opera en el centro; y hacerlo turístico transformaría la vida del lugar, en el cual hay una disputa por el territorio”.
El desplazamiento de ciertas poblaciones provocaría la existencia de nuevos márgenes, dice Montalvo. “Determinar quién tiene permiso y derecho de estar en esos lugares no solo tiene que ver con medidas económicas, sino simbólicas, decisiones que tendrían consecuencias graves”.
Escaso diálogo con el sector
Ante su voluntad expresa de usar los recursos hoy destinados a publicidad en cultura, Montalvo llama al alcalde a “explicar sus propuestas y no solo invitar a exfuncionarios o personajes famosos para que lo asesoren”, como hizo el 25 de febrero pasado.
“Debe tener una relación, como la que ha tenido para otros ejes de su plan, con los agentes de la cultura viva comunitaria, gestores culturales, de espacios independientes y festivales, para ampliar su convocatoria”.
Otras ofertas de campaña
El alcalde electo conoce el centro capitalino desde su infancia. Se radicó en el barrio San Roque desde los 9 años y ha insistido en que su “programa intercultural no solamente se limitará a celebrar las fiestas de Quito o la Fiesta de la Luz una vez al año”, sino todo lo que “fomente la identidad, incluso de los chagras y sus hijos”.
Ofreció crear una “casa disquera municipal para que los géneros autóctonos dejen de desaparecer” y en la que el Cabildo invertiría, sobre todo para la creación de un “estudio en que los artistas del país puedan grabar sus obras”.
En la rueda de prensa, realizada en Canela Radio, convocó a la empresa privada para que invierta durante su gestión, dada la escasez de recursos que avizora, y tiene la intención de “declarar intercultural a la ciudad”, además de “liberar de algunos impuestos a quienes fomenten las artes”.
Pero el Reglamento del 1X1 no parece ser una prioridad para el alcalde que ha sido radiodifusor e insiste en el fomento de las nuevas tecnologías, sin planes ni rubros específicos, aparte de una aplicación digital para conocer las actividades culturales.
Aún no anuncia en manos de quién quedarán las frecuencias por cuyo manejo ha sido cuestionado. (I)