Paulina Simon, una escritora documental
“¿Qué es lo real en la maternidad? Me leo y siento que mi humanidad se ha dividido en varias formas de ser, en varios estados mentales, en cuatro corazones...”, escribe Paulina Simon Torres en uno de los capítulos de La madre que puedo ser, libro publicado por Paidós que relata los tránsitos de una mujer desde que su cuerpo se rompe para dar a luz a su primer hijo, hasta las culpas y reconciliaciones que mantiene consigo misma y con su entorno.
Si bien el hilo conector de los once capítulos que componen este testimonio carente de complejos –cargado con altas dosis de humor y transparencias– es la maternidad vista desde el plano afectivo, laboral o familiar, también se trata de una obra sobre la soledad y las reflexiones de una mujer que ve alterarse su vida sin treguas. Y, esta batalla, Paulina decide enfrentarla con la escritura.
“La vida cambia rápido. La vida cambia en un instante. Te sientas a cenar y la vida que conoces se acaba”, escribe Joan Didion al inicio de El año del pensamiento mágico. Este sería el mejor epígrafe para adentrarse en el primer libro de Simon Torres, quien además es periodista, crítica de cine y docente.
La madre que puedo ser surgió luego de un artículo que la autora publicó en el portal Soy la Zoila, dedicado al pensamiento de las mujeres y editado por Nessa Terán. Allí, Paulina escribió “La mala madre” y ese texto dio la vuelta al mundo hasta que llegó a los ojos de dos editoras argentinas que le propusieron el anterior año publicar en Paidós.
De un artículo digital de una página de extensión surgió un libro de 174 páginas acompañadas de fotografías de Armando Salazar, pareja de Paulina y quien retrata momentos cotidianos entre su esposa y sus dos hijos.
La autora, cuyo trabajo se concentra en el cine documental, da clases de montaje y guion en la Universidad San Francisco de Quito. Mientras escribía el libro a ritmos frenéticos –dos capítulos cada semana y media– también daba cátedra, lo que le permitió concebir el libro como si fuera una película.
“Tienes una realidad que, dependiendo de cómo la quieres presentar, la puedes alterar. Hice una lista de diez posibles temas que atravesaban mi maternidad y a la gente cercana a mí. Primero era el nacimiento, el trabajo y la familia. Después empezaba el tema del montaje, como si se tratara de un filme y eso me dio posibilidades de ficcionar un poco en el libro”, dice Paulina Simon.
La madre que puedo ser no es un manual de maternidad, como seguramente será concebido por ciertos lectores que reducen e instrumentalizan los tópicos de un libro según su maniquea conveniencia. “Es tu responsabilidad como lector lo que haces con la obra”, advierte Paulina, quien en el libro prefiere trabajar desde el anonimato y no citar ningún nombre.
Previamente a este trabajo, la autora, que desde niña quería escribir e incluso hacía periódicos a mano, no encontraba un género literario que le permitiera exteriorizar con honestidad lo que pasaba por su cabeza. “En algún punto escribí cuentos para hablar de la cosas profundas que le pasan a una. Quería hablar de eso y escribí ficción, pero todo estaba camuflado, no era genuino, era un ocultamiento”, reconoce.
Durante el proceso de escritura de La madre que puedo ser, Paulina se cruzó “extrañamente” con la narrativa de Bret Easton Ellis, autor estadounidense de las obras contemporáneas más densas y oscuras, como American Psycho o Menos que cero. Sin embargo, fue con la lectura de Lunar Park que quedó maravillada.
“Arranca hablando de sí mismo. Es como una falsa biografía. Hay cosas reales y otras en las que él es un personaje. Nunca sabes qué es biográfico. Hay ciertos datos que coinciden y otros que te indican que es personaje, eso quise hacer. Lunar Park es gore total, ficción dentro de la realidad; eso se me cruzó mientras hablaba de maternidad”, dice Paulina riendo.
Otra obra que coincidió durante este proceso fue Crónicas del desamor, de la italiana Elena Ferrante, quien en una de las novelas que se incluyen en ese libro narra la historia de una madre que es abandonada por su marido, pero que luego trata de reconciliarse con él y le sirve una pasta con pedazos de vidrio.
En este cruce de referencias no podía faltar el cine documental, concretamente la película favorita de Paulina, Grey Gardens, de los hermanos Albert and David Maysles, quienes retratan la vida de Edith Bouvier Beale y su madre Edith Ewing Bouvier Beale, dos mujeres que viven entre precariedades materiales y afectivas.
“Es la cúspide del cine documental, del cine directo. Ambos hermanos son camarógrafo y sonidista, son la razón por la que la película sucede. Además, estas mujeres viven en un aislamiento terrible. No tienen amigos. Otra razón por la que me siento tan identificada”.
Soledad, encuentros colectivos decepcionantes, amor animal y diarios personales en los que se revelan las múltiples mujeres que llegó a ser Paulina y que forman parte de esta crónica ficcionada narrada temerariamente. (I)
La obra
La madre que puedo ser
El libro está acompañado de fotografías de Armando Salazar, esposo de Paulina Simon Torres. (I)