Modelo y “El Mandarín”: estrategias para el engaño
La farsa sobre la que se construye la imagen del Mandarín en Iron Man 3 es testimonial. El archienemigo de Tony Stark se hace conocer en esta película a partir de una serie de videos terroristas al estilo de Osama Bin Laden.
El personaje, a todas luces -y desde el nombre- chino, utiliza imágenes llenas de personas con atuendos islámicos. Los sujetos armados y con turbantes en medio de zonas desérticas se presentan como un elemento irrefutable para la sociedad que consume los videos: Se da por hecho que el Mandarín dirige una red terrorista a nivel mundial.
Los guionistas de Iron Man 3, Shane Black y Drew Pierce -Black es además el director-, convierten al terrible enemigo de toda la vida de Iron Man en un títere. Y esta versión del Mandarín, que siendo chino dirige a un supuesto ejército terrorista islámico, sirve para diagnosticar la concepción que hay en Occidente acerca de los árabes.
Y esto sucede en una coyuntura afortunada: mientras la película se mantiene en salas de cine, en el mundo sigue fresca la noticia de que tres hombres fueron expulsados de Arabia por ser guapos. Uno de ellos fue identificado como Omar Borkan Al Gala.
A Omar Borkan Al Gala no lo deportaron por guapo, ni siquiera fue expulsado del país saudita. El día en cuestión, al fotógrafo de modas dubaití le pidieron que se moderara. Fue durante el Festival Nacional de Patrimonio y Cultura de Arabia, y según la Guardia Nacional saudita, sus efectivos habían recibido quejas de los asistentes al evento por sus bailes indecentes. Es lo que ha dicho el portal de noticias islámicas Islawmix.org, un proyecto de la Universidad de Harvard.
Islawmix es un proyecto que intenta interpretar las leyes islámicas para explicarlas en el mundo occidental y evitar así cosas como la noticia de Al Gala, que se volvió viral. En medios en español, todo surgió de la nota de Pijama Surf, que tradujo al español lo que decía el periódico inglés The Daily Telegraph, que a su vez citaba al diario saudita Elaph.
Medios como El Comercio, de Perú; El Tiempo, de Colombia; La Tercera, de Chile; El País, de Uruguay o el ABC, de España, no dudaron de la historia. El Telegraph, explica la web peruana clasesdeperiodismo.com, es fuente de infinidad de medios en todo el mundo, y no había hecho bien su trabajo.
Al Gala, protagonista de este fenómeno viral que le dio la vuelta al mundo -y que fácilmente fue dado por cierto- ya ha concedido una primera entrevista a Kapuso Mo Jessica Soho, un programa de televisión en Filipinas, y no se ha referido, ni por accidente, al incidente que lo lanzó a la fama. Para qué. Ahora es una figura pública que comparte sus pensamientos, un líder de opinión. Y la gente -chicas, sobre todo, que a voz en cuello deseaban darle un techo frente a su “deportación”- se deslumbra con las cosas que dice, acaso por la forma caballerosa en que habla de las mujeres... en su perfil de Facebook.
"Todas las mujeres son hermosas, independientemente de su apariencia. Solo tiene que tocar su alma con respeto y aprecio por su belleza interior y usted será recompensado con alegría”, dice en su página de la red social más grande del mundo, y con ello se sitúa -fácil- muy lejos de esa representación hollywoodense del árabe feminicida.
Pero churinchurinfunfláis. De lo poco que sabemos, él no es de andar por la vida diciendo la verdad. Más bien, el uso que le ha dado a sus 15 minutos de fama son una muestra de extrema habilidad capitalizadora.
Se ha convertido en un líder de opinión que recuerda a Daddy Yankee, que en la antesala de un proyecto de ley en el congreso estadounidense que promueve la conversión de Puerto Rico en un estado de EE.UU. -y ya no un estado libre asociado-, organiza con Don Omar, Yandel y otros regaetoneros un concierto que resalta su identidad puertorriqueña, sin referirse siquiera a esa coyuntura que le da sentido a su concierto. Pero, eso sí, desde su cuenta de Twitter se dedica exclusivamente a promocionar artículos como playeras oficiales para cada una de sus presentaciones.
En la mentada entrevista en la TV filipina, Al Gala se ha dedicado a hablar de que tiene una buena figura, de que está soltero y de que -“debo ser honesto”- es genial que todo el mundo esté pendiente de él y le saquen fotos sin que se dé cuenta en los supermercados.
“¿Acaso sabrá que la historia fue tergiversada y no le conviene aclarar la situación, pues le ha dado gran presencia mediática en todo el mundo?”, pregunta, retórica, Islawmix, que también ha cargado contra los medios de comunicación: “Los blogs y los medios de comunicación tienen una predilección especial para cubrir historias ridículas, a menudo imprecisas e incluso falsas".
Clasesdeperiodismo.com le dedica un análisis al viral de Al Gala -en el que habla además de un “periodismo copy paste”-. La web peruana pone -talvez- el dedo en la llaga, y señala las formas en que ve la gente de Occidente a lo islámico. Y cita al blog Sin Papel, que da voz a un estudiante iraní en Londres: “La verdad es que cuando una noticia occidental habla de países islámicos, siempre usan incidentes que más parecen mostrar un elemento de un pensamiento radical”.
Es que en Occidente estamos tan preparados para creer la más absurda historia que confirme que el Islam es intolerante, que nadie se detuvo a preguntarse sobre el origen de esta información.
Aquella idea se refuerza en la “decepción” de la que habla la prensa del espectáculo. Es que sus fans no podían creerlo, dicen. Eso, no. Que fuera deportado por guapo, sí.
Da la impresión de que sus fans desearan, en lo más profundo de su corazón, que todo sea una mentira, que Al Gala apareciera para desmentirlo todo y confirmar que fue expulsado de Arabia Saudita, restableciendo así un equilibrio mundial que mantiene la ilusión de que, desde este lado del planeta vivimos en tolerancia -porque del otro no-, con plena libertad de información, y con mártires guapos que se parecen al Jesucristo de las estampillas.
Y mientras tanto, las opiniones se desvían y el periodismo sigue sin ser entendido como un ejercicio cuya dinámica requiere de la participación crítica del lector en la construcción de la información. Cristian Alarcón, editor del proyecto digital argentino Revista Anfibia, decía tajantemente en una entrevista publicada en este diario que “el periodismo está en crisis porque está en crisis el concepto de verdad”.
Esa crisis se sostiene, al parecer, también en una crisis de representación.
El consumo de medios es casi un festín fanático de reafirmación propia. Pero debemos estar felices, porque Al Gala confiesa que no deja que cualquier cosa negativa afecte a su vida personal. “Siempre mantendré una sonrisa en mi cara. ¿Y saben? Una sonrisa nunca viene mal”.