La escritora francesa Annie Ernaux ganó el Premio Formentor 2019 por una obra en la que hace un “implacable ejercicio de veracidad que penetra los más íntimos recovecos de la conciencia”, según el fallo del jurado hecho público en Roma.

Annie Ernaux (Lillebonne, Francia 1940) “está dotada con las excelentes cualidades de la observación y su mirada es un implacable ejercicio de veracidad” y además replantea “el reverso de unos acontecimientos aparentemente obvios”, añadió el jurado en el acta que fue leída en una ceremonia en el Capitolio romano.

Entre sus obras destacan títulos como El lugar, La mujer helada, La vergüenza, o El uso de la foto, entre otras, y ha recibido numerosos galardones, entre los que resalta el Premio de la Lengua Francesa en 2008.

El Premio Formentor fue impulsado en 1961 por un grupo de editores europeos para reconocer la labor narrativa de escritores que prolongan la alta tradición literaria europea y en la primera edición lo ganaron conjuntamente Samuel Beckett y Jorge Luis Borges.

La historia se vio en un corto documental realizado por la RAI en el que intervienen Ítalo Calvino, Alberto Moravia, Camilo José Cela, entre otros.

El jurado del Premio, presidido por Basilio Baltasar e integrado además por Elide Pitarello, Marta Rebón, Antonio Colinas y Víctor G. Pin, destacó que “la coherencia narrativa de Annie Ernaux, rigurosamente sostenida a lo largo de más de cuatro décadas, ha dado forma a la personalidad literaria de una vigorosa voz femenina”.

“El proceso de búsqueda y selección, contrastando criterios, interpretaciones, lecturas de los miembros del jurado es una deliberación a lo largo de seis meses y este año hemos podido encontrarnos con la obra de una integridad fascinante de la escritora francesa”, dijo Baltasar.

Los integrantes del jurado -que cada año es itinerante igual que el lugar del fallo del Premio- subrayaron que la aportación de la autora “a la riqueza cultural de la lengua francesa reposa tanto en el uso eficaz del jargón y del franc parler, que da cuenta de los modos expresivos moldeados en la periferia de la cultura, como del lenguaje literario depositado en las grandes obras del pasado”.

Y añadieron que “renunciando a complacer las expectativas más apacibles de un lector acomodado, Annie Ernaux ha interpelado a la sociedad de su tiempo con una crudeza insólita y difícil de encontrar entre sus contemporáneos”.

Hablan de su “estilo entrecortado y áspero” que “se pone al servicio de una conmovedora y terrible franqueza” y de una “férrea voluntad que desarma el modelo convencional del relato y prescinde de la lógica secuencial de los hechos para hacer de su propia vida el objeto de una descarnada investigación etnológica.

“Los libros de Ernaux se sitúan en la encrucijada de la literatura, las ciencias sociales y la documentación fotográfica” y en ellos la autora “desvela sin pudor la condición femenina, comparte con el lector la intimidad de la vergüenza y refleja con un estilo despojado la desordenada fragmentación de la vivencia contemporánea”.

Baltasar reconoció que ha habido pocas mujeres premiadas hasta ahora, pero dijo que “los miembros del jurado buscan la excelencia y la calidad literaria de la obra y a Ernaux le sobran los méritos par ser la autora de una obra admirable”.

Han sido galardonados también con el premio Jorge Semprún, Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, Javier Marías, Enrique Vila-Matas, Ricardo Piglia, Roberto Calasso, Alberto Manguel o Mircea Cãrtãrescu.

Baltasar destacó además que el Premio Formentor “mantiene vivo su sentido, nació con plena conciencia de su responsabilidad europea”. (I)