El museo Van Gogh revela a un artista que “trabajó muy duro”
Amsterdam, Holanda.- Los secretos de la pintura del holandés Vincent van Gogh (1853-1890) se pusieron al descubierto a partir de ayer en una muestra con la que el museo que lleva el nombre del artista ha reabierto tras una renovación y coincidiendo con el 160 aniversario del nacimiento del autor de "Los Girasoles".
Mediante unas 200 obras, "Van Gogh en su taller" permite al público mirar en el lugar de trabajo del artista para descubrir cómo aprendió su oficio, qué técnicas de color y qué materiales usaba o cómo concebía sus cuadros.
Los mitos atribuidos al artista, de quien se dice era un genio espontáneo y una persona aislada, se rompen con una muestra que es fruto de diez años de investigación de la versátil obra de “Los comedores de Patatas”.
“Van Gogh era un artista que trabajó muy duro para llegar a serlo y no era esa especie de genio instantáneo que nos hemos creído”, dijo el director gerente de la pinacoteca Rik van Koesveld en la presentación de la muestra. "Tampoco era un hombre aislado profesionalmente, y aunque no tenía capacidad para establecer relaciones sociales, sí interactuaba con otros profesionales", añadió el director.
Los expertos del museo, que celebra 40 años de creación, mantienen que al artista, especialista en los contrastes de colores, le gustaba experimentar, trabajaba duro -produjo 800 cuadros y 1.000 dibujos en diez años- y le costó aprender a dibujar y a dominar la perspectiva.
Van Gogh recurría a marcos de perspectiva para mejorar las proporciones y la profundidad de sus composiciones, así como a retículas para transformar dibujos en pinturas, como se desprende de algunas de sus cartas a su hermano Theo.
Otras revelaciones indican que el artista holandés pintaba a menudo sobre sus lienzos, que frecuentemente le escaseaban por falta de recursos, llegando en ocasiones a pintar hasta cuatro veces sobre el mismo soporte o sobre la parte trasera del mismo.
“Estamos muy contentos de poder mostrar cuadros pintados en el reverso, lo que hace al museo más interactivo”, apuntó Koesveld, quien también señaló que la muestra incluye además tubos de pintura, libretas originales con bocetos y la única paleta del pintor que todavía se conserva, la cual proviene del museo de Orsay de París.
Para analizar los lienzos del artista y el tipo de pigmentación de sus colores, los investigadores usaron tecnologías como rayos X y técnicas de laboratorio del taller científico de la petrolera Shell que han permitido estudiar la composición de las pinturas usadas por Van Gogh.
Esas técnicas de investigación, que se reproducen a través de pantallas táctiles en la exhibición, han permitido ver restos de hojas o granos de arena que se adherían a la pintura del artista holandés cuando trabajaba en el exterior, así como trazos de letras impresas provenientes de los diarios con los que recubría sus cuadros.
La muestra también incluye préstamos "únicos" como "Los Girasoles" de la National Gallery de Londres, que podrá contemplarse junto a la misma versión del cuadro en propiedad del museo Van Gogh. También "La Habitación", propiedad del Instituto de Arte de Chicago, se compara con el lienzo del mismo nombre incluido en la colección permanente del museo de Amsterdam.
El museo Rodin de París cederá a partir de septiembre el "Retrato de Pere Tanguy", que no había sido expuesto en Amsterdam desde 1930 y que según la pinacoteca, pudiera ser la última vez que sea trasladado debido a su frágil estado.
El Van Gogh reabrió ayer sus puertas tras una minuciosa renovación que ha durado siete meses y durante la cual se han cambiado los sistemas de ventilación y de aislamiento, se han pintado las paredes y cambiado los techos.
Durante la rehabilitación de la pinacoteca, que se ha realizado con financiación pública dentro del tiempo previsto, las principales obras de Van Vogh fueron trasladadas temporalmente al museo Hermitage de Amsterdam, atrayendo la muestra a 665.000 visitantes.
El museo planea cerrar de nuevo otros siete meses en 2014 para poner en práctica otro proyecto de transformación con el que quiere dotarse de una nueva entrada diseñada por el arquitecto japonés Kisho Kurokawa, y con la que pretende mejorar los accesos a las dos alas de exposiciones.