ESPECIAL FIN DE AÑO
El gran desafío de las instituciones que promueven el arte contemporáneo es enfatizar lo educativo
Dentro de la vasta agenda cultural que ofrece la capital hoy en día, existe una disciplina que merece especial atención: el arte contemporáneo; rama que en los últimos años ha logrado imponerse con fuerza en el panorama nacional, acogiendo múltiples temas, generando debates y estrechando vínculos con otras disciplinas.
Los continuos proyectos, talleres y laboratorios que vinculan arte y comunidad demuestran el interés de estos espacios por acercarse cada vez más a un público amplio antes que convertirse en un asunto de élite. Por ello, basta mirar hacia atrás para comprobar que, en efecto, 2014 resultó favorable para este campo.
Pero, ¿cuál fue el proyecto más innovador? ¿Qué lineamientos tuvieron mayor acogida? Y, sobre todo, ¿cuáles son los desafíos para el próximo año?
Estas son algunas preguntas a las que María Rosa Jijón, coordinadora del Centro de Arte Contemporáneo (CAC), y Marcelo Aguirre, coordinador de Arte Actual-Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), responden, mostrando que existen convergencias entre ambos y que, sobre todo -para beneficio de los ecuatorianos-, el arte contemporáneo goza de buena salud.
Objetivos cumplidos: arte y comunidad
Según María Rosa Jijón, coordinadora del CAC, la institución tiene como premisa desarrollar procesos de investigación, curaduría, educación (como práctica crítica) y mediación comunitaria de las prácticas artísticas en el país y América Latina.
“Este fue un año particular porque tuvimos transición de administración pública (yo entré en noviembre) y, como todo cambio, implica una verificación de cosas. Pero a mí me gusta ver los cambios como una oportunidad, de manera que logramos generar varios espacios muy interesantes -con poquito dinero y mucho esfuerzo- como es el CAC.LaB, un laboratorio de proyectos y de diálogo con academias y universidades que tienen facultades de arte y que han sido de formación continua”.
Durante este año, solo en muestras temporales, el Centro de Arte Contemporáneo presentó 8 instalaciones gratuitas: No Body/ Ningún cuerpo, del ecuatoriano Vinicio Bastidas; la obra de teatro-instalación Caída (Hemisferio Cero); Antilógica, de Eduardo Villacís (la más visitada hasta el momento, con 35.990 asistentes); la exposición Fútbol: el juego solo acaba cuando termina; Vik Muniz, más cerca de la imagen; la muestra Roberto Noboa y, finalmente, Yupana emergente (Cosmovisión andina reanimada por hormigas), de Kuai Shen y Gabriel Vanegas (estas dos últimas beneficiarias de la Convocatoria Abierta de Proyectos, un espacio de democratización con fondos públicos).
Por su parte, el coordinador de Arte Actual-Flacso, Marcelo Aguirre, considera que es fundamental vincular el arte con la sociedad mediante un programa que fomente, visibilice y contribuya a la reflexión.
“Ha sido un año intenso, pero cumplimos con nuestros objetivos. Todas las exposiciones y actividades programadas se realizaron con éxito. Incluso tuvimos el Tercer Encuentro Iberoamericano de Arte, Trabajo y Economía, donde llegamos a plantear el primer manual de buenas prácticas en las artes visuales del país”.
En 2014, Arte Actual presentó 7 muestras gratuitas de artistas nacionales e internacionales, entre las que destacan, por ejemplo, la más reciente: Espejos con memoria, del ecuatoriano Tomás Ochoa; y El cuerpo Queer, la construcción de la memoria, del sudafricano Zanele Muholi y el colombiano Carlos Motta.
“Creo que el gran desafío de las instituciones que promueven el arte contemporáneo es enfatizar lo educativo, la mediación artística; ser menos herméticos y acercarnos más al espectador, que sea él quien descubra, de manera personal, los significados de cada obra”.