Cuentos perdidos de los Grimm, traducidos
A propósito del bicentenario de la publicación de “Los cuentos de hadas de los Hermanos Grimm”, que compilan una serie de leyendas de la tradición oral alemana, varias han sido las actividades realizadas a lo largo de este año, en distintas partes del mundo, conmemorando a Jacob y Wilhelm Grimm, autores de cuentos populares que se han convertido en una tradición universal.
Blancanieves, Hänsel y Gretel, La Cenicienta, La Bella Durmiente y Pulgarcito son algunas de las historias escritas por estos hermanos en los que Gunther Grass encontró inspiración para su obra sobre la historia del siglo XIX en Alemania, publicada en 2010 y llamada Grimms Worther (Palabras de Grimm).
Una localidad que le rinde homenaje a esta pareja de hermanos, considerados los padres de la filología en Alemania, ha sido la ciudad holandesa de Zwolle, que por motivo de sus festividades, desde el 8 de diciembre hasta finales de enero, expondrá una serie de esculturas basada en personajes de los cuentos de los Grimm.
Cuentos traducidos por primera vez al español
En España, 17 historias menos conocidas, como “Hermanito y hermanita”, se publican por primera vez en español y “sin edulcorar”, tal y como los concibieron sus autores hace 200 años, un tiempo que, según la traductora Isabel Hernández, no les ha hecho perder “ni un ápice de vigencia”.
Con motivo del bicentenario de la publicación de los famosos cuentos, la editorial Nórdica ha lanzado una edición con 17 historias que no fueron objeto de las alteraciones lingüísticas realizadas en muchos de sus cuentos por Wilhem Grimm, siempre con el objeto de que “se pudieran leer mejor”, explicó la traductora.
Hernández dice que 10 de estos cuentos se incluyeron con importantes variaciones formales en las colecciones de los hermanos Grimm, mientras los siete restantes no aparecen en ninguna de las publicaciones de estos, tal vez por su origen extranjero. Esos siete cuentos son “Historia de la centella”, “Un cuentecillo”, “La fiesta de los habitantes del mundo subterráneo”, “Cuento de Hans el Espabilado”, “Heinz el Vago”, “La guerra de las avispas y los asnos” y “El reyezuelo”.
Los autores apenas hicieron referencias a estos cuentos, dice Hernández, y por ello permanecieron prácticamente ocultos. Hasta que Heinz Rölleke, uno de los mayores especialistas del género, los publicó en la editorial Insel en 1993.
Sobre esa base se ha gestado la edición publicada ahora por la española Nórdica de unos cuentos que para Hernández suponen “unas de las pocas manifestaciones existentes sobre el origen del trabajo filológico” de una colección universal.
Los textos indican a pie de página los datos del lugar y fecha, y suponen, según la traductora, “otra forma de ver y entender” el libro alemán más editado, traducido y famoso de todos los tiempos. “La gente piensa que los cuentos de los Grimm fueron siempre dirigidos al público infantil, y no es así”, señala la traductora, quien recuerda que la intención de los hermanos era recopilar material del folclore popular con el fin de darlo a conocer al público en general, por lo que “nunca pensaron que los niños fueran el destinatario final de la colección”.
Según la traductora, lo más probable es que a los hermanos Grimm “no les gustasen lo más mínimo” las adaptaciones que se han hecho con el tiempo de sus cuentos, al considerar su trabajo desde un punto de vista filológico. “Las adaptaciones de sus cuentos alteran su parte didáctica y el contenido”, quitando elementos trascendentales de lo que considera “una fuente de conocimiento brutal en todos los ámbitos de la vida”.