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El Telégrafo
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El largo camino que recorrió el mural “El amor no tiene género”

La técnica que se utilizó en esta pintura de gran formato es acrílica (látex), para exteriores. Los acabados se hicieron con aerosol, que pulieron las siluetas. Así adquirió volumen y está acompañada de su título.
La técnica que se utilizó en esta pintura de gran formato es acrílica (látex), para exteriores. Los acabados se hicieron con aerosol, que pulieron las siluetas. Así adquirió volumen y está acompañada de su título.
Foto: John Guevara / El Telégrafo
08 de septiembre de 2019 - 00:00 - Redacción Cultura

En la calle Yaguachi, que divide al centro del norte capitalino, un cuidador de autos lee el periódico y una monja camina junto a las 3 parejas diversas del mural “El Amor no Tiene Género”, del artista urbano Apitatán (Juan Sebastián Aguirre).

ApitatánLos espectadores del mural son vecinos y transeúntes de los barrios El Belén y El Dorado (centro-norte). Foto: John Guevara / El Telégrafo

Hace dos meses, la obra quedó inconclusa en Bellavista, un barrio ubicado unos cinco kilómetros al nororiente. Durante cuatro horas, el lunes 1 de julio de 2019, Apitatán había trabajado en la pintura, pero fue interrumpido por policías que atendían una presunta queja de los vecinos.

Apenas había trabajado el 60 % del mural: los rostros de dos mujeres besándose a la derecha, junto a la pareja heterosexual del medio y los dos hombres de la izquierda. Faltaban los acabados: contrastes, luces.

La pared de las calles Fernando Ayarza y Quiteño Libre suele ser grafiteada, pero a quienes presentaron quejas por el mural les molestó que este tuviera escenas homosexuales.

La policía −que se presentó en dos motocicletas y un patrullero− le reiteró al artista que no tenía permiso del Municipio de Quito para terminar lo que estaba pintando, aunque tenía la autorización del entonces presidente del barrio Bellavista, Francisco Ulcuango.

Con la obra inacabada, surgieron amenazas en redes sociales que iban en contra del creador. Apitatán usa lienzos poco tradicionales para sus escenas cotidianas, con las cuales refleja la identidad y por las que ha sido reconocido en varios países de América Latina.

El miércoles 4 de julio de 2019, el mural fue vandalizado. Las parejas homosexuales aparecieron tachadas con pintura y, a día seguido, la empresa propietaria del predio aledaño, Financoop, mandó a pintar de blanco la pared con un anuncio en letras rojas: “Se vende”.

Apitatán había invertido $ 500 en la pintura del mural y le dijo a este Diario que consideraba absurdo que lo blanquearan “porque esa pared, en ese lugar, no va a permanecer así. Siempre la llenan de grafitis”.

Y esa declaración se convirtió en presagio: durante el “Besatón por el Arte” (beso colectivo de unas 40 parejas diversas) que varios colectivos GLBTIQ realizaron en Bellavista el sábado 13 de julio de 2019, el muro terminó rayado con consignas y frases como “Nuestro amor no se censura” o “¡Bellavista, sal del clóset!”, que permanecen visibles hasta el cierre de esta edición.

Entre tanto, Apitatán se reunió con representantes de las secretarías de Cultura e Inclusión Social del Municipio de Quito para acordar qué espacio de la ciudad sería el lienzo de su obra, que se inauguró el viernes último, frente a la Asamblea Nacional.

El autor cuidó que las dimensiones de su nuevo lienzo fueran similares a las del primero (20 metros de longitud y 2,5 de alto) y añadió el título del mural, una colorida declaración de principios.

“La idea es evidenciar la igualdad de derechos en torno a un sentimiento tan puro como es el amor (...) En Ecuador hubo una evolución con el matrimonio civil igualitario, para las comunidades de diversidad sexual”, dijo refiriéndose a la decisión de la Corte Constitucional del 12 de junio de 2019 que permite la unión civil de personas del mismo género.

La Agencia Metropolitana de Control (AMC), que vigila el uso del espacio público, le había dicho a Aguirre en Bellavista que llegaron a verificar lo que pasaba por pedido de la policía, no de los vecinos.

Ahora, está planificado que una decena de nuevos murales se pinten en la ciudad “y sigan ejes de inclusión de distintas comunidades y convocando a artistas varios”, explicó Alfonso Espinosa, de la Secretaría de Comunicación del Cabildo.

Los vecinos inconformes no han vuelto a aparecer más que en sus redes. (I)

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