Apaguen las luces retrata la alegría del no vidente
Conocer el mundo de los no videntes, sus sueños, sus anhelos, su transitar cotidiano, sus problemas y la forma de salir de ellos llevó a Paúl Narváez, un estudiante de Antropología visual, a vendar sus ojos por dos días. Ese experimento sería uno de los insumos para el documental “Apaguen las Luces”, que se estrenará el miércoles en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
El documental, que dura una hora, tiene varias particularidades, una de ellas es el experimento de su director al vendar sus ojos; otra, recolectar las historias de vida de seis no videntes, y por último, el reto de narrar la historia visualmente para que el público invidente y vidente lo comparta en un escenario.
El proyecto como tal lleva 4 años y surgió en la Politécnica Salesiana cuando Narváez y Rafaela Palacios compartían aulas con chicos no videntes. La pregunta o curiosidad recurrente en esos momentos fue ¿cómo acceden a la educación?, ¿cómo hacen para leer los libros?
Al principio fue un documental sobre la no videncia y luego la idea se amplió y se planteó abordar el tema “desde adentro, por ello se decidió que Paúl se vendara los ojos e hiciera sus actividades cotidianas de tal forma que tuviera una experiencia más cercana al mundo de los no videntes y conocer un poquito esa realidad”, dijo Palacios.
Durante las 48 horas que Narváez se impuso la ceguera descubrió que las cosas más básicas y sencillas se complicaban. Llevarse un alimento a la boca, poner salsa de tomate a un platillo, ducharse, vestirse, cruzar la calle, todo se complicó, pese a la guía anticipada que recibió de seis chicos no videntes de la Salesiana y protagonistas del documental.
Pero Narváez sabía que la experiencia de vendar sus ojos estaba “falseada” porque sabía que a los dos días volvería a ver, entonces reflexionó y concluyó que la única manera de entender el mundo de los no videntes era escuchándolos. Es así que durante el tiempo que permaneció vendado entrevistó a sus seis compañeros no videntes.
Entre las inquietudes que cautivaron al grupo de productores estuvo la de Wilson, quien quería comprender el movimiento artístico cubista, lo que generó que se crearan los mecanismos para explicarle en qué consistía esta corriente. El director contó que pese a los esfuerzos no lograron que Wilson entendiera ese movimiento. Los trabajos artísticos que realizó el joven sobre el cubismo serán expuestos en las afueras de la Sala Alfredo Pareja como una muestra de ese ejercicio mental.
“Las películas para este público tienen una voz en off que explica cada detalle. Por ejemplo Paúl pone de ejemplo la película del Titanic, y es ahí donde el locutor narra: y en estos momentos el protagonista interpretado por Leonardo DiCaprio agarra a Ross por la cintura y la eleva...”, explicó Palacios.
Para que el documental cumpliera las expectativas entre el público no vidente los creadores diseñaron un trabajo de sonido específico que ayude a visualizar mejor las ideas y conceptos. A la par también pensaban en el público vidente y sabían que no tenían que exagerar los sonidos.
“Las películas para no videntes te explican lo que los no videntes no pueden ver, entonces nosotros sabíamos que eso era complicado porque los videntes se iban a aburrir al describir todo lo que estaba en el documental, entonces tampoco queríamos aburrir y por ello se diseñaron sonidos para los dos públicos”, indicó Narváez.
Para conseguir el producto final se realizaron tres ediciones en las que se fueron puliendo los sonidos tras las sugerencias que efectuaron los seis protagonistas, quienes precisaban el lugar en el que se necesitaba mayor sonoridad para entender el discurso. “Eso fue lo más difícil, cómo construir el sonido para los no videntes”, reflexionó el director.
El golpe del bastón en el piso, las pisadas, la respiración, el cambiar de ambiente de un lugar cerrado a uno público fueron grabados en un estudio y otras actividades fueron dobladas (técnica de producción) con la colaboración de los protagonistas y un equipo del Consejo Nacional de Discapacidades (Conadis).
El plan principal es que sea pasado por televisión para que los no videntes escuchen la propuesta. “No existen productos audiovisuales para no videntes. Hay muchas cosas que tienen que ser explicadas para ellos”, dijo Narváez. El documental, que fue autofinanciado y contó con la colaboración de La Pupila colectivo, se presentará del 19 al 21 de septiembre, a las 19:00. El 22 de septiembre habrá dos funciones, 17:00 y 19:00. Entrada: $ 2, $ 1 para estudiantes y entrada libre para no videntes.