Luego de peregrinar 38 años, la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo tiene casa propia
"Después de 38 años la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo vuelve a tener una sede que le pertenece de espíritu y de idoneidad para prestar un servicio fundamental para todos los ecuatorianos".
Con esta frase se daba inicio a la inauguración, en su nueva sede, de la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo, repositorio de más de un millón 300 mil libros.
La ceremonia de inauguración se llevó a cabo a las 11:00 en el Centro de Convenciones Eugenio Espejo, ubicado en el centro de Quito, con la presencia del presidente de la República, Lenín Moreno; el alcalde del Municipio de Quito, Jorge Yunda; el ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco; embajadores e invitados especiales.
Antes de las conferencias de rigor, las autoridades hicieron un recorrido en el que pudieron apreciar el manuscrito más antiguo de la biblioteca, que data de 1666, hecho completamente a mano, y dos libros de teología de Ignacio de Loyola; además observaron el libro más antiguo de Ecuador, que data de 1756, año en que llegó la imprenta a Quito, aunque el libro en mención es también un manuscrito.
Obras de Gaspar de Villareal y del padre Juan de Velasco también reposan en los estantes de la nueva biblioteca.
"Ahora la ciudadanía local e internacional podrá acceder a las colecciones bibliográficas, hemerográficas y documentales que construirán la memoria social y el pensamiento crítico de quienes visiten el lugar. Asimismo, se activarán espacios de creación cultural para la población", manifestó el ministro de Cultura en el acto y destacó que no se ha escatimado recursos ni esfuerzos para entregar esta obra a los ecuatorianos, gracias a las conversaciones con el Municipio de Quito, a través de su alcalde, Jorge Yunda, quien entregó la sede de la biblioteca en comodato.
Posteriormente, el Presidente de la República tomó la palabra y relievó lo imprescindibles que son los libros para la cultura de un país.
En su discurso además evocó un proverbio árabe que sostiene que "cuando nos regalan un libro nos regalan un elogio", e hizo alusión a una frase del escritor Mark Twain cuando refiriéndose a su obra, "La Isla del Tesoro", manifestó que en un libro se encuentran más tesoros que en el tesoro mismo.
El fondo Jesuita es el corazón de la Biblioteca Nacional.
"Hay que pensar antes de hablar pero, fundamentalmente, hay que leer antes que pensar", apostilló el presidente dando así por inaugurada la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo, cuyos libros ocuparon los estantes de la Casa de la Cultura por muchos años con el riesgo que suponía su deterioro y el menoscabo de su preservación.
Historia de la biblioteca
En 1791 se creó la biblioteca pública bajo la dirección de Eugenio Espejo. En 1862, el entonces presidente Gabriel García Moreno encargó el cuidado del lugar a los padres jesuitas y en 1869, por Decreto Legislativo, la Biblioteca Nacional tuvo derecho por primera vez a un ejemplar de las publicaciones realizadas en la República.
Desde el 9 de agosto de 1944, la biblioteca se adscribe a la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión (CCE). Posteriormente, en 2016 se cierra al público debido a que se realiza el evento Hábitat III en la sede de la CCE y, en septiembre de 2018, se convirtió en una Entidad Operativa Desconcentrada (EOD) del Ministerio de Cultura y Patrimonio.
La necesidad de contar con un espacio de administración y gestión propio que garantizara las condiciones técnicas adecuadas y la accesibilidad a los servicios culturales por parte de la población llevaron al Ministerio del ramo a emprender las gestiones necesarias para reinstalar la biblioteca.
Las colecciones del fondo bibliográfico y documental contemplan ejemplares de las compilaciones jesuita y Ecuatoriano Republicano I y II. Además, incluye una hemeroteca, tifloteca y un repositorio digital. El Gobierno Nacional marca hitos importantes para para salvaguardar el patrimonio y la memoria social.
El Gobierno Nacional impulsa el acceso universal a la información y a los servicios culturales que fortalecen la investigación, el conocimiento y la educación en la ciudadanía. (I)